El “gigantón” Nikola Zigic aseguró ayer que contra Honduras la Selección de Serbia “será más agresiva” en comparación con lo mostrado en la derrota 2-0 contra México.
Zigic es el hombre de los 2.2 metros de estatura que para ingresar anoche en la sala de conferencia debió agacharse para no golpearse contra el marco superior de la puerta.
“Sé poco de los jugadores de Honduras. Conozco de un par de los que están en Europa, pero seguro que no será fácil el partido, queremos ganar”, dijo en un español comprensible que aprendió cuando actuó para el Valencia y Racing de Santander, en España.
Ahora milita en el Birmingham inglés. Comparó el fútbol hondureño con el de México: “Es el típico juego sudamericano”, pero “deja espacios”, destacó el tres veces mejor jugador de Serbia que hizo el gol clave de la clasificación al Mundial de Alemania 2006.
Habla el estratega
El técnico Radovan Curcic dijo que el principal problema de su equipo es la humedad de San Pedro Sula, a pesar del clima agradable en la ciudad durante los últimos días.
Sobre la Bicolor, el entrenador visitante declaró haber visto “jugadores fuertes, tienen calidad, atributos que respetamos y sobre ello planeamos la estrategia” del duelo de turno.
Justificó la derrota del viernes contra los mexicanos debido al cansancio por el largo viaje por avión, más el traslado interno en bus: “El primer tiempo no fuimos agresivos y en el segundo mejoramos” y esperan mejorar ese nivel contra el cuadro hondureño.
La polémica
Después de la conferencia de prensa ocurrió un problema cuando personal a cargo del Olímpico les negó el permiso de entrenarse porque pretendían cuidar la cancha.
Los serbios deseaban estar una hora en la instalación y al ver que sus pretensiones no eran complacidas amenazaron con no jugar el amistoso, “no profesional, no cancha, no juego”, dijo en tono tajante uno de los federativos de la delegación.
Se hicieron consultas telefónicas y se les permitió ejercitarse en cierta zona de la grama. Finalmente, la tranquilidad volvió tras la tempestad. Posteriormente hicieron un calentamiento ante periodistas y curiosos, pero veinte minutos después exigieron preparar la estrategia de turno en total privacidad.
