El centrocampista alemán Bastian Schweinsteiger prendió la mecha con sus polémicas declaraciones contra Argentina antes del partido y culminó su trabajo en el terreno al hacer explotar el equipo de Diego Maradona con un duro 4-0 en cuartos de final.
Cuando “picó” a los albicelestes por su tendencia a simular faltas, el jugador se topó con las críticas de sus propios aficionados, entre ellos el legendario Franz Beckenbauer, que le reprochó haber provocado al rival antes del partido.
Para Diego Maradona, las declaraciones de Schweinsteiger, que aludían al anterior partido de cuartos de final entre ambos equipos, en Alemania-2006, ganado por los germanos en los penales y concluido con trifulca entre los jugadores, demostraban el nerviosismo de los alemanes.
Pero el centrocampista alemán no sólo nunca dio la impresión de estar nervioso en los 90 minutos del encuentro ganado 4-0 por su equipo, sino que dio una lección a Maradona y Leo Messi.
Ni siquiera tuvo tiempo para ponerse nervioso. Nada más empezar el partido, lanzó la falta que Thomas Müller remató a gol de cabeza. En la segunda parte pasó revista a todo el equipo argentino antes de servir el tercero a Arne Friedrich.
Mientras tanto, el jugador del Bayern de Múnich impuso su ley en el centro del campo, impulsó los rápidos contraataques alemanes y coordinó el juego defensivo cuando los argentinos trataron de levantar cabeza.
“Fue magistral por el volumen de su juego y sus esfuerzos. Dirigió el equipo y lo organizó con soltura. Sencillamente fue extraordinario”, reconoció el técnico Joachim Löw.
‘Schweini’, un apodo que no soporta, logró el mejor de sus 79 partidos con la ‘Mannschaft’, con sólo 25 años.
Klose y Friedrich están entre los jugadores más veteranos del plantel, pero Podolski y Schweinsteiger también cuentan con bastante experiencia al sumar 150 partidos con Alemania a sus 25 años.
Loew respaldó a algunos jugadores a los que no les fue tan bien con sus clubes y todos le respondieron con desempeños notables en el Mundial.
Alemania, les debe un ‘favor’ tanto a Louis Van Gaal como a Kevin-Prince Boateng.
El primero, entrenador del Bayern de Múnich, colocó a Schweinsteiger en el eje de su equipo y lo transformó. El segundo lesionó en el campeonato inglés a Michael Ballack y lo dejó fuera del Mundial, dejando al joven centrocampista más espacio para moverse en el campo.
Producto del centro de formación del Bayern, Schweinsteiger dudó entre ser esquiador o futbolista.
Cuando llegó al Mundial sudafricano, lo hizo con mucha confianza a pesar de haber perdido la final de la Champions contra el Inter de Milán, unos días después de haber logrado el quinto doblete de su carrera (campeonato y copa).
Ahora le toca jugar contra España. Y como los otros cinco supervivientes de la final de la Eurocopa-2008 (Friedrich, Lahm, Mertesacker, Klose y Podolski), todavía recuerda con amargura la derrota 1-0 en final contra la Roja.