Tras la reciente paternidad de Lionel Messi, que a pesar de las circunstancias no faltó a su cita sobre el terreno de juego solo un día después de que su pareja, Antonella Rocuzzo, diera a luz, todo el Camp Nou esperaba impaciente un tanto que provocara alguna celebración especial del actual mejor jugador del mundo.
El estadio culé se quedó sin ver la entrañable escena durante la victoria del Barcelona (3-1) sobre el Celta de Vigo, y no porque el argentino no lo intentara por todos los medios.
El encuentro ante el Celta de Vigo fue casi un trámite para el Barcelona, pero esta no fue razón suficiente para que Messi consiguiera el gol que buscaba. El argentino estrenaba botas nuevas con el nombre de su hijo grabado en los costados, pero las circunstancias le superaron sobre el terreno de juego al intentar marcar por todos los medios, llegando a traicionar incluso el discurso que pronunció los días pasados al recibir la Bota de Oro como máximo goleador europeo en 2012.
'No soy un chupón (individualista)', dijo el argentino orgulloso de recibir un premio que brindaba a todos sus compañeros por el juego colectivo que le permite ser el mejor 'killer' del continente, pero lo cierto es que Messi fue menos Messi ante el Celta.
Las ansias por encontrar el tanto para dedicar a su hijo Thiago llevaron a Messi a abusar de balón en varias jugadas, destacando una en la que tras quedarse sin hueco ante Javi Varas intentó salir del atolladero con numerosos regates que acabaron con el argentino perdiendo el esférico en la frontal del área.
Messi no levantó la vista ante sus compañeros, quienes más tarde sí se centraron en buscar pases hacia el crack argentino que le permitieran celebrar el tanto tan buscado.
Ni con esas. Leo Messi vio cómo se agotaban los minutos sin encontrar su momento y tras estar ligeramente desaparecido en la segunda mitad llegó incluso a dar un susto a toda la afición del Camp Nou tras caer sobre el terreno de juego.
Era el minuto 89 de partido y Messi buscaba el gol que soñaba, pero el rosarino no solo no llegó al balón sino que pareció girar la rodilla de forma peligrosa. Por fortuna, no clavó los tacos sobre el césped y no se produjo lo que hubiera sido una grave lesión.
En la próxima cita, que será en Champions ante el Celtic, Messi tendrá otra oportunidad para brindar un gol al que dentro de unas décadas podría ser su sucesor como estrella mundial.