Los aficionados sampedranos que no pudieron viajar a la ciudad de Comayagua para ver la gran final abarrotaron los restaurantes para no perderse detalle del encuentro entre el Monstruo y el León.
Los estacionamientos de dichos establecimientos eran insuficientes. Amigos, parejas y familias completas apoyaron a los dos equipos viviendo la adrenalina mientras caía una torrencial lluvia que provocó fallas eléctricas, las cuales impidieron ver el primer tiempo minuto a minuto.
La tensión y la emoción eran evidentes en los rostros de los seguidores verdolagas y albos. Muchos rezaron para que cayeran los goles que les permitirían festejar al final de la noche.
Seguidores de otros equipos también se sumaron para disfrutar y apoyar la gran final desde la ciudad industrial.
Fieles Este grupo de amigos y familiares se vistieron de monstruos para apoyar a su equipo.