La capital industrial se vistió anoche con los colores del campeón, del más grande, del León.
La avenida Circunvalación fue insuficiente para albergar a los cientos de seguidores del equipo albo, que gritaban una y otra vez ¡Olimpia!, ¡Olimpia!, ¡Olimpia!
Luego de tres torneos de no levantar la copa, los olimpistas sacaron anoche toda esa adrenalina que llevaban dentro.
A pie, en autos, motos y hasta en caballo llegaron los aficionados para unirse a la multitudinaria caravana. Todo se valía para exaltar al campeón.
Grandes y pequeños tampoco se perdieron la fiesta. Las banderas rojo, blanco y azul cobijaron las

Los seguidores del campeón demostraban su emoción y gritaban que eran campeones.
Como lo hizo la multitud reunida en el estadio Carlos Miranda de Comayagua, la afición sampedrana no cesó ni un instante de corear a su amado León.
Los olimpistas mostraron su alegría y una vez más demostraron su ultra fidelidad por el campeón.