04/12/2025
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Bochorno: La Gran Final entre Alajuelense y Herediano acaba en batalla campal

  • 27 diciembre 2024 /

Herediano se coronó campeón ante Alajuelense, pero la final terminó en golpes y agresiones.

San José, Costa Rica.

La Gran Final del fútbol de Costa Rica terminó en un vergonzoso zafarrancho entre los jugadores de los equipos de la Liga Deportiva Alajuelense y el Club Sport Herediano, en el Estadio Alejandro Morera Soto.

El Herediano del hondureño Getsel Montes conquistó su título número 30 en la historia de la liga costarricense tras ganar en el marcador global 3-2 al Alajuelense por el Torneo Apertura 2024 y lo que pretendía ser una fiesta para los florences, acabó convirtiéndose en una noche de caos.

Una vez finalizado el partido, el campo se convirtió en una batalla campal y todo empezó cuando un asistente del Alajuelense le arrebató una bandera a los jugadores heredianos, desatando el enfado de los visitantes y los golpes.

Golpes, agresiones, sangre e invasión: así fue la pelea en la final Alajuelense vs Herediano

El descontrol fue inmediato y absoluto. Miembros de ambos equipos, junto con sus colaboradores, se enfrascaron en una pelea que obligó a los elementos de la Policía a intervenir. Sin embargo, la situación se salió rápidamente de control, dejando imágenes impactantes que empañaron el logro histórico del equipo florense.

Con los ánimos continuaban caldeados en el campo, la situación se agravó aún más cuando varios aficionados rojinegros saltaron a la cancha con la intención de agredir a los jugadores.

Marcel Hernández, delantero cubano del Herediano, se fue a los golpes con aficionados que entraron a la cancha.

Pero el caos no se limitó al terreno de juego, ya que una vez que los equipos lograron retirarse hacia los camerinos, los seguidores de Alajuelense intentaron derribar los portones a patadas para acceder a la zona de vestuarios.

Las patadas y gritos resonaban dentro y fuera del recinto mientras la seguridad hacía todo lo posible por evitar un desastre mayor. Las imágenes muestran un escenario que, más que una celebración deportiva, parecía una zona de guerra.

La frustración de los hinchas manudos tras otro fracaso deportivo parece no tener límites, llegando al punto de convertir la noche de la Gran Final en una jornada oscura para el fútbol costarricense.