El delantero camerunés Samuel Eto’o, que amagó con retirarse del terreno de juego en La Romareda a causa de insultos racistas, pidió ayer “sanciones ejemplares” para erradicar este problema existente en el fútbol, incluso habló de que “tal vez tendrían que cerrar un año el campo del Zaragoza y que se vayan a jugar fuera”.
En todo caso, a Eto’o los 10,750 dólares con los que ha sido multado el Zaragoza no le parece una sanción justa. “Hay que tener mano dura, pero no con dinero. ¿Sancionar al club? El club no puede controlar a los aficionados. Debemos buscar soluciones entre todos, a ver si la justicia ordinaria también puede ayudar”, insistió.
Segunda vez
Eto’o recuerda que quiso irse por todo lo que oyó. “Creo que una vez pueden equivocarse, pero dos años seguidos...”, dijo el camerunés, quien considera que la discriminación racista no es algo que sucede únicamente sobre los terrenos de juego, sino “en muchísimo otros lugares” y comentó que estos episodios los ha vivido en dos campos: en el de Zaragoza en dos ocasiones y en Getafe.
“Fue casi todo el campo. ¿Hay algún problema en ser negro? Tome esta decisión porque se estaban metiendo con mi color. Son ridículos, compran entradas para ver partidos en los que juegan chicos de color”, indicó.
Asegura que no comparable este tipo de insultos racistas con otros que habitualmente se oyen en los campos de fútbol. “Igual llamas maricón a un compañero porque es muy bueno y para desconcentrarlo; a otro gordo, para que pierda la concentración. Esas cosas no son para hacer daño, no son comparables, aunque no están bien, porque los niños ven la televisión y repiten las cosas”, insistió el camerunés.
Eto’o entendería que cualquier jugador que se sintiera especialmente ofendido por los gritos de los aficionados decidiera abandonar un terreno de juego.
“No soy el único negro de la Liga, hago lo que se me pasa por la cabeza. Soy un jugador de fútbol y en esta lucha debe haber gente que tiene que tomar decisiones para que nosotros no nos sintamos incómodos”, admitió.
En todo caso, Eto’o asegura que no se arrepintió por no haber abandonado finalmente el campo.
“Al final el partido se acabó y ganamos. Lo que me hizo volver atrás es cuando el professor Frank Rijkaard vino y me dijo que la única manera de hacerlos callar era ganándoles. Es lo único que me hizo cambiar.
No he pensado en si hice bien en volver o no, simplemente intenté no creerme lo que había vivido”, argumentó.
Recordó que en el Camp Nou se encaró con unos aficionados que el año pasado insultaron a su compatriota Webó. “Todos debemos dar lecciones.
Este año, en el Bernabeu dieron una lección y el Camp Nou también debe hacer lo mismo”, agregó.
El barcelonista criticó unas declaraciones del zaragocista Óscar en las que restó importancia a lo sucedido. “A Óscar me gustaría verlo en África, en un campo en el que lo trataran así”, comentó Eto’o, quien pidió más unidad entre los jugadores en este asunto.
El Papa lanzó un llamado contra el racismo
Roma. El papa Benedicto XVI lanzó un llamado contra el racismo y a favor del diálogo y el respeto en el fútbol en un mensaje que fue leído al inicio del partido amistoso Italia-Alemania que se celebró en el estadio Artemio Franchi de Florencia.
El mensaje, escrito en nombre del Papa por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, fue leído al inicio del partido por Claudio Magnago, obispo auxiliar de la diócesis florentina.”Aprecio las iniciativas adelantadas contra las discriminaciones raciales ya que refuerzan la conciencia sobre la importancia de educar a los deportistas a estar al servicio de la solidaridad y la paz”. “Su Santidad apoya el esfuerzo común desplegado para promover la civilización del amor a través del diálogo paciente y el respeto recíproco en todos los sectores de la sociedad”, agregaba el texto. Se trata de la primera vez que un jefe de la Iglesia católica se dirige a los asistentes a un partido de fútbol.
Las Federaciones de fútbol de Alemania e Italia decidieron dedicar el partido de ayer a la lucha contra la intolerancia. A cien días del inicio del Mundial, la selección italiana de fútbol se medió con la de Alemania, su histórico y temido rival, en un partido que serve de preparación para la cita ecuménica
