Los ánimos se han caldeado en el Tour de Francia.
Andy Schleck perdió ayer la casaca amarilla de líder cuando se desprendió la cadena de su bicicleta en un duro ascenso en los Pirineos, y el campeón Alberto Contador no titubeó ante la oportunidad de pasar al frente.
“Que se ponga nervioso para los próximos días ... (porque) esto me enfurece”, dijo Schleck, quien prometió cobrarse revancha. “Ya no me tocará ser el perseguido. Ahora seré yo quien persiga. Ésa será la gran diferencia”.
El cortocircuito entre Schleck y Contador se produjo en un día en el que el francés Thomas Voeckler se la jugó con una fuga en solitario para llevarse la 15 etapa entre Pamiers y Bagneres-de-Luchon, un tramo de 187.5 kilómetros que cubrió el duro ascenso a Port de Bales.
Fue la segunda vez que Voeckler gana una etapa del Tour, luego que el año pasado se impuso en Perpignan. Empleó un tiempo de 4 horas, 44 minutos y 51 segundos, superando al italiano Alessandro Ballan y al español Aitor Pérez.
El español Contador, quien también le sacó diferencias a Schleck en el rápido descenso a la meta, entró séptimo, a 2 minutos y 50 segundos. El luxemburgués Schleck llegó en el 12 puesto a 3:29 del francés.
Contador, en procura de su tercer título en la ronda gala, ahora aventaja por ocho minúsculos segundos a Schleck, después de dos semanas y 2,900 kilómetros de competencia. El español Samuel Sánchez aparece tercero, a 2 minutos clavados.
La secuencia del percance que le costó caro a Schleck se produjo en la parte final del ascenso al Port de Bales.