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Antonio Cassano, una vida de rebelión

  • Actualizado: 27 enero 2007 /

Un portento precoz del balompié de fuerte cáracter, como todo italiano. Las bromas, las motocicletas, las polémicas y la amistad han marcado sus 23 años de vida. Antonio Cassano, quien nació en Bari, 12 de junio de 1982, apenas tardó unas horas en nacer después de que Dino Zoff levantara para Italia la Copa del Mundo de 1982 en el estadio que ya pisa como madridista, el Santiago Bernabéu.

Un portento precoz del balompié de fuerte cáracter, como todo italiano. Las bromas, las motocicletas, las polémicas y la amistad han marcado sus 23 años de vida. Antonio Cassano, quien nació en Bari, 12 de junio de 1982, apenas tardó unas horas en nacer después de que Dino Zoff levantara para Italia la Copa del Mundo de 1982 en el estadio que ya pisa como madridista, el Santiago Bernabéu.

Sabe que ha llegado a un equipo en crisis en el que ni las estrellas brillan, pero Cassano ya se atrevió a decir que, 'quiero jugar ya para demostrar que soy un galáctico'.

Nació al sur, en la Puglia, donde el fútbol italiano sólo vive, a excepción del Nápoles de Maradona, mirando a la salida del rico norte. Cassano, dolor y alegría de Bari, inició su carrera en los juveniles del equipo de su ciudad. Pronto sus técnicos vieron que era un portento… y un tipo peculiar. Su primer técnico en el primer equipo del Bari, Eugenio Fascetti, lo esperó en la puerta del estadio para verlo llegar en una motocicleta que ya era famosa en toda Bari. “Antonio, ahora eres jugador del primer equipo y no puedes andar por ahí en moto. ¿Está claro?”, le explicó.

Cassano no se descompuso: “Está bien míster. Mañana por la mañana le espero en la puerta de mi casa para que me venga a buscar. Tengo 17 años y sólo puedo conducir la moto. Además, me sentaré detrás porque viene siempre conmigo un amigo”.

Ése es Cassano, el que tras su segundo partido en la Serie A con el Bari y tras hacerle un gol increíble al Inter se pasó la tarde recorriendo las calles del puerto de Bari haciendo cabriolas a toda velocidad con su adorada ‘cinquantino’.

No tardó en volar a la capital de Italia y allí cambió la moto por un Ferrari que hacía temblar a los guardias de seguridad de Trigoria, la Ciudad Deportiva de la Roma. “Llega Cassano”, era la voz de alarma porque se sabía que iba a entrar a una velocidad desproporcionada y con la música a un volumen atronador. Traspaso millonario a la Roma, donde iba a jugar al lado de su gran ídolo: Francesco Totti. Pronto les unió una amistad irrompible.

El día de la boda de Totti, el pasado 19 de junio, Cassano dijo que “estoy más emocionado que mi amigo”. En Roma encontraba la grandeza que buscaba, pero allí se multiplicó su ‘leyenda negra’.

El norte de Italia, la Juventus de Moggi le tenía como objetivo casi único, nunca le perdonó que se decantara por la ‘decadente’ Roma al dejar Bari. Mientras se encuentran excusas increíbles para justificar el puñetazo de Ibrahimovic a un rival, se condena de manera exagerada que Antonio celebrara un gol golpeando… a un banderín del córner. Se lanzaron las leyendas: Cassano, el crack que no sienta la cabeza; Cassano, el que conduce sin carnet, Cassano, el que no para de hacer bromas estúpidas en el vestuario, Cassano, el excéntrico…

Totti

Entonces encontró en Totti su mejor apoyo. El capitán ‘giallorosso’ lo apadrinó desde su llegada a Roma. Se lo llevó a su casa, a pocos metros de ‘mama Fiorella’, la madre de Totti. Estaban todo el día juntos: comían juntos, salían de compras juntos y hasta era Cassano el que respondía al móvil de Totti: “Soy un amigo, el capitán está ocupado”. En una entrevista, Totti dijo que “pronto irá al baño conmigo”. En casa de la madre de Totti era uno más, tanto que a la señora Fiorella la llamaba “mamá’.

Se hicieron uña y carne, tanto que llegó a preocupar a los directivos de la Roma.

Fue el propio Totti el que denunció hace dos años que “a los canteranos se les ha dicho que no hablen con Cassano ni conmigo porque somos una mala influencia”. Intento en vano porque ellos eran los ídolos de la Roma.

Su fama de mal conductor, incluso sin carnet, le valió un mal rato en televisión cuando un programa le gastó una broma con Totti vestido de carabinero echándole en cara su mal comportamiento al volante. Ahí lo pasó mal Cassano que salió como pudo del paso con una frase que no le hizo mucho bien: “Seguiré al capitán hasta que Dios me llame”.

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El italiano fue muy querido por el entrenador Fabbio Capello en el Roma.

Quedó marcado para siempre como el niño mimado de Totti. Y los veteranos apuntaron su nombre. Recuerda Bruno Conti, ídolo romano y jefe de la cantera en Trigoria, que “en los primeros entrenamientos ya sacó de quicio a veteranos como Aldair, Cafú o Zebina. Les tiraba caños, les picaba…”. Y al que picó de verdad fue a un grande, Gabriel Omar Batistuta.

Cassano, de lengua a veces tan veloz como sus piernas, soltó en voz alta en el vestuario una frase que hirió al argentino: “Mira el viejecito, quiere hacer 20 goles”.

Estalló ahí la tensión. Batistuta no paró en los días siguientes de meterse con él por su manera de correr, de andar, de hablar… Pero en un partido en Piacenza se selló la amistad cuando Cassano celebró un gol haciendo el ‘aeroplano’ en honor a su íntimo amigo Montella y después fue a abrazar al ‘Bati’ al banquillo. Pocos días antes había estallado la guerra cuando el argentino se tomaba un café en el bar de Trigoria y a Cassano no se le ocurrió otra cosa que meter el dedo para decirle: “está bueno”. Imaginen lo que pasó después.

Capello

Y en estas llegó Capello a Roma para hacer campeón a un equipo olvidado por la gloria. Fabio acogió a Cassano con un trato paternalista y las mayores broncas era para el de Bari, en Trigoria y en el estadio. Y Cassano, para sorpresa de muchos, callaba, asentía y aceptaba. Capello, entre otras cosas, fue el primero que dio la cara por él en las frecuentes agresiones verbales que le llegaban a Cassano desde la Juve. La rigidez de Capello, “un técnico al que siempre que vea abrazaré”, no cambió su carácter de bromista. Así, un día en el Olímpico obligó a cortar una entrevista en directo a Fuser al dedicarse a pasar cada diez segundos entre el periodista y el entrevistado.

Pero se fue Capello y Totti exigió un equipo competitivo y que se quedara Cassano. Lo quería ya el Madrid, la Juve, el Milán, el Inter… La Roma le prometió todo: un nuevo contrato, mayor salario... Todo quedó en promesas y explotó la guerra con la familia Sensi, con la directiva y con la grada (temerosa de que se fuese a la odiada Juventus tras los cruzados mensajes entre Capello y Cassano).

Así es Cassano, un futbolista para el que todo ha ido muy deprisa, capaz de irse de Trigoria sin decir adiós a nadie o de jugar con una cara negra grabada en un brazo como homenaje al padre muerto de su compañero Zago.

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Listo para jugar

Cassano apura su puesta a punto para disputar sus primeros minutos como madridista, ayer entró en la recta final de su plan específico de preparación, chutando a puerta por primera vez. La inclusión en el grupo de Cassano es cuestión de horas. La positiva respuesta del delantero a la subida del ritmo de trabajo le acerca a su estado de forma adecuado.

Cláusula

El delantero tiene fijada una cláusula de rescisión de 218 millones de dólares, declaró Ernesto Bronzetti, asesor de mercado del club madrileño, al semanario deportivo italiano “Guerin Sportivo”. Según Bronzetti, la cláusula de Cassano es “más alta incluso que la que tiene Ronaldinho en el Barcelona, que es de unos 169 millones de dólares”.

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Su primer gol

El italiano dice que cuando marque su primer gol como jugador del Real Madrid ya tiene reservada una dedicación especial, para Alfredo Di Stéfano, presidente de honor del club que lucha por superar una delicada operación de corazón. Cassano quiso recordar la figura de uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, Alfredo Di Stéfano, al que deseó una pronta recuperación.

Ranieri: ´´Cassano es un fenómeno”

Claudio Ranieri, ex entrenador de Chelsea, Valencia y Atlético de Madrid, elogió el fichaje de Cassano por el Real Madrid alabando la condición técnica del italiano y negando que sea un futbolista conflictivo. Ranieri aseguró que Cassano “es un buen fichaje” porque “maneja el balón como los grandes”.

Se confiesa

“Debo mucho a mi novia Rosaria, pues me ha hecho entender los errores que he cometido y me dado la motivación para pensar sólo en jugar, y no en volver a caer en las actitudes que me han creado fama de personaje incómodo”, dijo Cassano, en declaraciones emitidas en un programa del segundo canal de la televisión pública italiana.