En las sedes del Monstruo y la Máquina, todo es motivación. Los dos equipos confían en el triunfo. Son los consentidos de la afición sampedrana y van por el título.
En las sedes hay de todo. Visitas a cada momento de aficionados, directivos y uno que otro pariente de los jugadores que llegan a desearles suerte.
Los más tensos sin duda son los técnicos. Nos referimos a Manuel Keosseián y Mario Zanabria, del Marathón y Real España respectivamente, pero saben disimular bien su nerviosismo. Sobre todo el técnico verdolaga, que no deja de masticar un chicle.
Antes, durante y después de cada entrenamiento. En la sede españolista botan el estrés jugando ping pong, otros prefieren una partida de billar mientras un buen número duerme.
En las calles, el mercado negro empieza a hacer su aguinaldo y los vendedores de camisetas y banderas hacen lo propio para ganarse unos centavos.