No se trata de repartir migajas para tranquilizar la conciencia, sino de reconocer que los pobres son protagonistas de la historia que Dios escribe en la tierra (102).
Entre los oportunistas que vieron negocio en la escasez (nunca faltan) estaba un hombre llamado Robinson. Aventurero y negociante, encontró su “mina de oro”.
En Honduras hemos visto algunos casos de este trastorno psicológico, conocido como arrogancia, que se desarrolla por el mal uso del poder y que los psicólogos llaman síndrome de Hubris.