Por muchos años escuché de voces añosas que ahora ya no están diversas historias de la Honduras de los años 30 a 60 del siglo pasado, cuando la intolerancia política reinaba en el país.
La atención es uno de nuestros recursos más escasos y valiosos. Sin atención no hay enfoque. Sin enfoque no hay dirección. Y sin dirección... no hay propósito.