A la actriz Angelina Jolie no le gustan las despedidas. Mucho menos le gustó tener que enviar a la universidad a su hijo mayor hace unos meses. Maddox, el pequeño al que solía llamar “Madness” (locura), ya tiene 18 años y se fue a estudiar a la Universidad de Yonsei en Incheon, Corea del Sur.
“Si te soy sincera, creí que los últimos días que pasé con él era yo quien lo estaba preparando para que se fuera”, dijo Jolie.
Meses más tarde Jolie aún se veía triste por ese momento, con su vaporoso vestido sin mangas blanco una mañana cálida de otoño en un hotel de Beverly Hills.
¿Y ahora? “Estoy bien, pero ese día sí lloré”.
La vida de la actriz, cineasta y filántropa de 44 años ha cambiado mucho en los últimos años. Terminó su matrimonio con Brad Pitt, un suceso que llegó a los tabloides, al igual que la batalla por la custodia de sus hijos menores de edad. Por eso no es de sorprender que Jolie se haya refugiado en el trabajo, con proyectos como Maleficent: Mistress of Evil (Maléfica, dueña del mal), que se estrenará en Estados Unidos el 18 de octubre y en Honduras el jueves 17 de octubre. Volverá a interpretar el papel de la bruja vengativa que vimos en la película original, Maleficent (2014), el más grande éxito en su carrera de décadas.
“Es atrevida, directa y un poco exagerada”, dijo sonriendo. “He pasado por muchas situaciones en mi vida… Por eso me dio tanto gusto sentirme fuerte de nuevo y divertirme con este papel. La adoro. Es una mujer fuerte. Me enorgullece mucho que me relacionen con ella”.
Historia
En el primer filme, Maléfica maldice a una niña, la princesa Aurora (Elle Fanning), pero después descubre que solo ella puede devolverle la paz a su tierra mágica. Surge una tenue relación de madre e hija entre ellas, que se pone a prueba en la secuela cuando la princesa, ahora adulta, se quiere casar con el príncipe ( Harris Dickinson) de un reino vecino.Pero, desde luego, no es tan sencillo. La reina Ingrith (Michelle Pfeiffer), la madre malvada del príncipe, ha jurado acabar con las criaturas mágicas del bosque cercano y lograr que los humanos dominen el mundo. Tal vez Maléfica sea la única que puede detenerla.
La historia explora aún más a las familias que, a primera vista, parecen no estar relacionadas.
“La gente nos dice que no podemos ser familia porque no somos todos iguales”, dijo la actriz, que tiene tres hijos biológicos y tres hijos adoptivos de Camboya, Etiopía y Vietnam. “Quizá no nos parecemos, quizá no somos iguales. Me preguntan: ‘¿Cómo puedes ser la madre de este grupo?’. Por eso la película tocó una fibra en mí, pues pensé en mi familia. Maléfica llega a preguntarse: ‘¿Soy suficientemente buena para ser madre?’.
Mistress of Evil no fue una película muy fácil de hacer. Maléfica a menudo se transforma en un ave gigante, por lo que tuvo que ponerse trajes llenos de garras, picos y plumas.
“Me piqué muchas veces cuando los huesos del disfraz de ave se alzaban”, confesó. Los días más difíciles fueron en los que debía volar.
“Tenía que verme fuerte en la tierra y después elevarme en el aire sin esfuerzo. Para lograrlo usamos unos aros”, explicó. “Debía tener cuidado de que mis cuernos no chocaran con los de otras criaturas. Estás a veinte metros de altura, realizando una coreografía de ballet en al aire y tratando de no enredarte con ningún otro actor. Pero todo fue muy divertido”.
Angelina Jolie ha tenido buenos momentos —fue nominada al Oscar en la categoría de mejor actriz por Changeling (2008), de Clint Eastwood, la han elogiado por su trabajo a favor de los refugiados camboyanos, hizo su debut como directora con In the Land of Blood and Honey (2011) y después dirigió Unbroken (2014), una película alabada por los críticos—, pero también los ha tenido malos: escándalos en los tabloides, doble mastectomía, fracasos en taquilla y la desastrosa separación de Brad Pitt.
No es sorprendente que se haya sentido atraída por Lara Croft, Maléfica y ahora por las historietas de Marvel.
Jolie siempre ha sido audaz, franca e intensa. Además, ahora que se acerca a la mediana edad, no piensa disculparse por nada.