Visitar también es un arte

Tanto anfitriones como invitados deben seguir reglas.

  • 22 sep 2011

Aunque como práctica social han caído en desuso, es durante las visitas cuando se ponen a prueba nuestras habilidades básicas para tratar a los demás, además de ser indispensables para el cultivo de la amistad y de los lazos familiares.

Como en toda situación, y por más informal que sean, hay ciertas reglas que tanto anfitriones como visitantes deben seguir, si de pasar un momento agradable se trata.

No olvide esto

Si usted es quien recibe en su casa, no haga esperar a abrir la puerta quitando cosas de la mesa u otros sitios, dándose el último toque al maquillaje o al vestido, etc.

Procure hacer que se sientan como en casa, creando un ambiente de comodidad y camaradería.

Si es usted el que visita, no es correcto, sin avisar, presentarse con terceras personas que los anfitriones no conozcan, mucho menos llevar mascotas.

No prolongue demasiado el tiempo de sus visitas, y al despedirse, dé las gracias por las atenciones recibidas.

El perfecto anfitrión

En función de la confianza, y si es la primera visita, puede ofrecerse a enseñar la casa, aunque por regla general no se enseñan ni la cocina ni los baños. Pregúntele a sus visitantes si desean algo de comer y beber y tenga varias opciones para satisfacer cada gusto. Haga que se sientan como en casa.

Cuando llegan los suegros

Son normales los nervios ante este tipo de visita, pero si se lleva bien con ellos, relájese y trate de que la reunión fluya, así no habrá incidentes. Ellos también deben seguir reglas. No deben visitar a la pareja sin llamar antes, nunca interferir en las decisiones de la pareja o en el manejo del hogar y mucho menos criticar.

Sólo a horas indicadas

Hay determinadas horas en las que no es conveniente hacer una visita, por mucha confianza que se tenga con las personas a las que se va a visitar. Esas horas son: por la mañana temprano, justo antes de la hora del almuerzo o la cena, y en un horario demasiado tarde por la noche.

¿Llevar un detalle o no?

Si es una visita de cortesía no hay por qué llevar nada, aunque siempre se agradece cualquier detalle. Si por el contrario va por invitación (a tomar el té, merendar, etc.) puede llevar algún detalle para tal encuentro, como galletitas, un buen vino o un libro para los anfitriones.