Te consideras una mujer inteligente, atractiva, trabajadora e independiente, pero no te explicas por qué tus novios o parejas terminan rompiendo la relación contigo.
Estás tan acostumbrada a que te dejen que ya te sabes el protocolo: lloras todas las noches por él por semanas, pierdes el apetito, te sumerges en la bebida, revisas sus redes sociales cada hora. Te juras mil veces que no volverás con él, que no vas a perdonarlo, pero en el fondo anhelas el “escribiendo...” de Whatsapp cuando lo ves en línea.
Es tiempo de identificar las principales causas y tomar acciones correctivas. Estas son las principales razones por las cuales no duras ni un año con tus novios:
Lo culpas por todo.
Estar contigo es como andar en un juicio. Todo el tiempo estás reprochándole lo que haces. Es como si todo lo que hace esa pareja está mal. Esto sucede porque normalmente te aferras solo a las cosas buenas sin aceptar las malas.
No le das espacio para respirar.
En algún punto fue buena la dulzura, pero cuando no das un espacio, ni un solo día, quizá para solo compartir con tu familia, esto se puede volver asfixiante.
Actúas como si te estuviera haciendo un favor al estar contigo.
Tu desprecio por ti misma se huele a kilómetros. Todo el tiempo preguntas si de verdad te quieren o si se sienten bien estando contigo. Tampoco dejas de preguntarle si quiere terminar contigo. Es como si metieras un chip en la mente del otro para hacerle dudar de si quiere estar o no contigo.
Actúas como si tú le estuvieras haciendo un favor.
Así como es mala la minusvalía, también lo es el egocentrismo. Nadie le hace un favor a otra persona por el hecho de amarla. Esto puede crear cierto desprecio hacia ti por la arrogancia.
Sólo hablas de ti
No oyes, solo sabes hablar de ti nada más. Es como si te llenase que las demás personas sepan de tu vida. Esto es un problema a la hora de crear reciprocidad, si eso no existe, la comunicación cae, y una relación sin comunicación, sencillamente no se sostiene.
Rompes los acuerdos
Así como romper una promesa es una falta de respeto, también lo es romper un acuerdo. Incluso el más sencillo, como el de quién hace la cena hoy, puede ir, poco a poco, menguando la estabilidad de la pareja.
Si ya detectaste tus errores, es hora de cambiar, rompe el patrón para ser feliz.
