Los autores de
Tócame otras vez, Ernesto López y Miguel Costa, consideran que el
sexo es una forma de relacionarse y que “
la caricia es una señal de que tomamos en consideración al otro y que, ni tenemos prisa, y le dedicaremos tiempo. Para recuperar la pasión es importante ser suave e ir poco a poco”.
“ Si uno empieza despacio, tendrá la oportunidad de descubrir donde hay todavía una “chispa”, observar con cuidado si él o ella se siente tomado en consideración, detectar si es recomendable detener el avance porque resulta molesto, y escuchar, por fin, el gozoso ‘me gusta cómo me lo haces’”, sugieren.
Según López y Costa, acariciar es clave “más aún cuando se está intentando revivir el deseo y no son recomendables las prisas o el ir directamente al coito. No hay que precipitar la llegada, sino demorarse por los senderos del camino, acariciando lentamente”.
“ Para despertar la sexualidad dormida, además de ‘tocar otra vez’ con las caricias, con las palabras, con el silencio, es importante que los amantes se den permiso para probar y explorarse sin apresurar el viaje buscando lentamente sin ansia, para escuchar la respuesta a las caricias y probar el placer de todos los sentidos, para abandonarse, inventar, jugar y tomar con sentido del humor los intentos fallidos”, recomiendan estos psicólogos.
La pareja también deben darse permiso “para cultivar otras áreas que van más allá de la relación sexual y que forman parte de la comunicación con el otro, como compartir confidencias íntimas, aficiones, proyectos”, destacan.
“ Si uno empieza despacio, tendrá la oportunidad de descubrir donde hay todavía una “chispa”, observar con cuidado si él o ella se siente tomado en consideración, detectar si es recomendable detener el avance porque resulta molesto, y escuchar, por fin, el gozoso ‘me gusta cómo me lo haces’”, sugieren.
Según López y Costa, acariciar es clave “más aún cuando se está intentando revivir el deseo y no son recomendables las prisas o el ir directamente al coito. No hay que precipitar la llegada, sino demorarse por los senderos del camino, acariciando lentamente”.
“ Para despertar la sexualidad dormida, además de ‘tocar otra vez’ con las caricias, con las palabras, con el silencio, es importante que los amantes se den permiso para probar y explorarse sin apresurar el viaje buscando lentamente sin ansia, para escuchar la respuesta a las caricias y probar el placer de todos los sentidos, para abandonarse, inventar, jugar y tomar con sentido del humor los intentos fallidos”, recomiendan estos psicólogos.
La pareja también deben darse permiso “para cultivar otras áreas que van más allá de la relación sexual y que forman parte de la comunicación con el otro, como compartir confidencias íntimas, aficiones, proyectos”, destacan.