Pareja
Miami, Estados Unidos
¿Cree que su pareja está realmente satisfecha cuando tienen intimidad o es puro teatro? Muchas veces sobresalta la duda de si realmente eres bueno en la cama.
Hay una pregunta que esclarecerá el enigma. Y no tiene que responderla su amante, sino usted mismo: ¿tiene curiosidad y confianza para hablar de sexo con su pareja entre las sábanas? Si la respuesta es afirmativa, felicidades, es usted un amante de diez, publica El País de España.
Signos del buen amante
“No hay señales o competencias universales que nos garanticen que somos buenos amantes, porque cada cuerpo y forma de entender el placer es diferente', continúa Lucas. 'Hay una cosa común: el sexo hecho con autenticidad. Forzar nuestros movimientos como hemos visto en la peli porno o hemos leído en Internet puede alejarnos de lo que realmente nos gusta y nos pide el cuerpo. El buen amante es el que disfruta con lo que está haciendo'.
Los prejuicios, las enseñanzas y la educación recibida (o la falta de ella) en cuanto a sexo se refiere influyen mucho en el comportamiento y desempeño de la persona frente a las relaciones sexuales.
Muchas veces se intenta no demostrar que uno está disfrutando del sexo y se trata de minimizar esas sensaciones de excitación. Y en otros casos, se tiende a fingir placer con el fin de dejar más tranquila a la pareja”, comenta Fernando Salas, cirujano experto en andrología y sexualidad masculina y director médico de Mensolutions.
'Si nuestra pareja se encuentra contenta y sigue teniendo el deseo de acostarse y tener sexo con nosotros, es que somos buenos en la cama. Debe existir la compenetración intensa, la entrega total y el deseo ferviente de hacer feliz al otro. Si ambos amantes están en esta sintonía se consigue un disfrute supremo”.
Según los expertos, las personas preocupadas por si su pareja está satisfecha suelen tener dudas del tipo '¿soy lo suficientemente deseable y atractivo?', '¿estoy haciendo lo correcto?'. 'Querer impresionar a nuestra pareja y que se nos compare con una leyenda del sexo puede provocar el resultado contrario'.
¿Cree que su pareja está realmente satisfecha cuando tienen intimidad o es puro teatro? Muchas veces sobresalta la duda de si realmente eres bueno en la cama.
Hay una pregunta que esclarecerá el enigma. Y no tiene que responderla su amante, sino usted mismo: ¿tiene curiosidad y confianza para hablar de sexo con su pareja entre las sábanas? Si la respuesta es afirmativa, felicidades, es usted un amante de diez, publica El País de España.
Signos del buen amante
“No hay señales o competencias universales que nos garanticen que somos buenos amantes, porque cada cuerpo y forma de entender el placer es diferente', continúa Lucas. 'Hay una cosa común: el sexo hecho con autenticidad. Forzar nuestros movimientos como hemos visto en la peli porno o hemos leído en Internet puede alejarnos de lo que realmente nos gusta y nos pide el cuerpo. El buen amante es el que disfruta con lo que está haciendo'.
Los prejuicios, las enseñanzas y la educación recibida (o la falta de ella) en cuanto a sexo se refiere influyen mucho en el comportamiento y desempeño de la persona frente a las relaciones sexuales.
Muchas veces se intenta no demostrar que uno está disfrutando del sexo y se trata de minimizar esas sensaciones de excitación. Y en otros casos, se tiende a fingir placer con el fin de dejar más tranquila a la pareja”, comenta Fernando Salas, cirujano experto en andrología y sexualidad masculina y director médico de Mensolutions.
'Si nuestra pareja se encuentra contenta y sigue teniendo el deseo de acostarse y tener sexo con nosotros, es que somos buenos en la cama. Debe existir la compenetración intensa, la entrega total y el deseo ferviente de hacer feliz al otro. Si ambos amantes están en esta sintonía se consigue un disfrute supremo”.
Según los expertos, las personas preocupadas por si su pareja está satisfecha suelen tener dudas del tipo '¿soy lo suficientemente deseable y atractivo?', '¿estoy haciendo lo correcto?'. 'Querer impresionar a nuestra pareja y que se nos compare con una leyenda del sexo puede provocar el resultado contrario'.