Peleando a través de los hijos

El uso de los hijos como moneda de cambio cuando hay una separación, es una crueldad que hay que evitar

  • 23 jun 2017

Un niño de unos cinco o seis años le dice a su madre “¡ Mami, es papá!”, sale corriendo al encuentro de ese hombre pero, unos metros después, se frena en seco, y espera con los hombros caídos a que su padre se le acerque.

Su padre se agacha a la altura del niño con la intención de darle algo, pero no le da tiempo porque su hijo le dice con uno de los tonos más tristes que puedan oírse en un pequeño: “Me ha dicho mamá que no me quieres”. Su padre lo abraza, atrayéndolo hacia sí, aunque, con lo que su hijo cree, le es muy difícil consolarlo.

La escritora Carmen Serrano presenció esta dolorosa escena en una cafetería y esto fue lo que la impulsó a escribir su libro, Me ha dicho mamá que no me quieres, mediante el cual pretende alertar a los padres para que eviten esta forma de maltrato con sus hijos, y sean verdaderos padres, en vez de simples progenitores.

“A miles de niños se les dice esto o cosas parecidas. Es el maltrato más sutil y dañino que se les puede hacer”. Son sobre todo los hijos (biológicos o adoptados) de padres separados o divorciados, que están en vía de separación, y a veces los de aquellos que mantienen su vínculo legal o siguen conviviendo, pese a que su relación de pareja está plagada de insatisfacción y tensiones y se ha transformado en un campo de batalla, erizado de malentendidos y conflictos.

Hay otras expresiones dañinas como “la que más te quiere soy yo”; “¿Para qué ibas a necesitar a tu padre? Él es un egoísta que solo piensa él”; “¡yo te quiero más!”. “Quienes sufren una separación están en un momento muy duro, en la mayoría de veces lleno de odio, ira y desesperación. El resultado son niños sufriendo y “padres de verdad” convertidos en progenitores.


Frases que dejan marca

* También los hombres incurren en frases manipuladoras. La versión masculina puede ser muy parecida e igualmente letal para el alma de un niño: “tu madre se va con el primero que encuentra”; “¡en realidad no se siquiera si eres mi hijo: eres clavado al vecino!”; y otras tóxicas.

* ¿Es posible un cambio de mentalidad en los padres que están envueltos en una separación? Por supuesto. Hay personas que creen estar haciéndolo bien, pero que solo les hace falta una pequeña reflexión, una explicación, para que se produzca ese cambio en el pensamiento que llevará a que su hijo o hija crezca emocionalmente sano.

Jamás puede un niño recuperar su infancia, aunque le pidieran mil veces perdón al llegar a la edad adulta y recriminara a sus progenitores el mal que le hicieron: nunca podrá recuperarla.


Con pedir excusas podemos sanar la herida ocasionada, pero jamás podremos hacer desaparecer la cicatriz que esta herida les dejó.