Cinco consejos para disfrutar la posición de 'el misionero'

La postura más tradicional al hacer el amor se reinventa

  • 14 ago 2017

Redacción.

No hay postura sexual más tradicional y natural que el misionero. Esta posición en la que el hombre se tumba sobre la mujer y quedan cara a cara fue la única forma avalada por la Iglesia Católica para el encuentro sexual en el matrimonio.

Fue el sacerdote Johannes Teutonicus, en 1215, quien estableció esta disposición en la Iglesia.

Pero 700 años despúes, en los años 60 del siglo XX, la revolución sexual hizo que las personas se volvieran más abiertas a probar nuevas experiencias en la cama por lo que se hicieron populares libros como el 'kamasutra'.

Pero el misionero se ha conseguido perdurar en el tiempo debido a la naturalidad que aporta al momento de iniciar el acto sexual.

Según expertos, esta posición es una forma inconsciente de reafirmarnos como pareja y seres humanos que se han elegido y han decidido compartir intimidad.

A pesar de esa conexión, el misionero también establece roles muy definidos durante el coito en el que el hombre toma las riendas y es dominante mientras que la mujer es pasiva y sumisa, situación que tiende a aburrir a las parejas.

Para evitar que llegue el aburrimiento y mala actitud frente a esta postura, sexólogos recomiendan practicar estos cinco consejos:

1) Actitud activa y dispuesta: de nada sirve intentar variantes a los establecido si los cuerpos estarán pasivos y poco receptivos. Hay que buscar al otro, proponer y buscar lo que genere conexión y placer a los dos.

2) Almohada: una almohada colocada en la zona lumbar de la mujer le permitirá tener mucha más libertad para moverse.

3) Movimiento de la mujer: la mujer puede mover las caderas de arriba hacia abajo o tratar de ejecutar movimientos de rotación apretando la zona vaginal.

4) Piernas: la mujer también puede jugar con sus piernas colocándolas alrededor del hombre y cerrándolas un poco para acercarlo más y luego relajándolas para darle libertad.

5) Susurros: Ambos amantes pueden besarse la zona de las orejas y el cuello o bien susurrarse piropos al oído para lograr una mayor conexión.

Los sexólogos recomiendan buscar otras variantes en conjunto siempre y cuando fluyan en un ambiente de comunicación y comprensión que favorezca la relación de pareja.