Causas y consecuencias de la dependencia emocional

Si necesitas la aprobación de tu pareja en todo por sentirte inferior tienes dependencia emocional. Trabaja en tu autoestima y amor propio

En los últimos tiempos, ser dependiente emocionalmente es una situación que se está saliendo de control en la sociedad, sobre todo en las relaciones sentimentales.

Realmente, la dependencia emocional, según la psicóloga Anjannette Gavarrete, es “la necesidad de ajustar constantemente todos sus comportamientos para satisfacer a la otra persona, actuando desde el miedo al abandono o a generar una reacción emocional de rechazo”. Detrás de toda esta dependencia hay baja autoestima e inseguridades.

Gavarrete asegura que a estas personas no les gusta estar solas, les cuesta tomar decisiones y se comprometen en gran manera con la relación hasta el punto en que se vuelve tóxica. Asimismo, ese miedo a que el vínculo amoroso se acabe hace que sean demasiado celosas, idealicen a su pareja y nunca se cansen de ellas.

Ansiedad, conductas obsesivas y depresión son solo algunas de las consecuencias que puede desencadenar esta dependencia afectiva.

Cuando las personas sufren la ruptura de su relación de pareja esto puede llegar a ocasionar un alto impacto emocional que se manifiesta en malestares físicos y psicológicos.

También tiene una considerable repercusión en el entorno porque enfoca toda la energía en su pareja y puede llegar a distanciarse o a descuidar a sus otras relaciones. En la mayoría de los casos, la persona se da cuenta de su dependencia emocional cuando ya está en juego su salud física y mental, además de sus vínculos familiares, laborales y sociales.

En definitiva, el darse cuenta de su realidad y aceptar que es emocionalmente dependiente es el primer , y más difícil, gran paso para poder combatir la situación.

Sé honesta contigo misma, reconoce que tienes un problema y acepta que las relaciones que tienes hoy en tu vida no son sanas porque no sabes cómo manejarlas.

Refuerza tu autoestima disfrutando de actividades personales individuales. Aprende a decir “no” a lo que te hace daño y “sí” a lo que se salga de tu zona de confort.

Bajo ninguna circunstancia debes de permitir el maltrato físico o psicológico. Si sientes que no puedes salir adelante, es necesario que busques ayuda profesional.