¿Cuándo es tarde para divorcionarse?

Los divorcios entre parejas mayores solían ser raros, pero entre 1990 y 2021 la tasa se triplicó en Estados Unidos, según un estudio de la Universidad Estatal de Bowling Green.

En su lecho de muerte, a los 70 años, Magdalena expresó su último deseo de vida: divorciarse. Tras un año de lucha contra el cáncer, la mujer pidió apoyo para terminar su matrimonio y, por su condición de salud, su hija tuvo que firmar en representación suya.

“Quería morir en paz y soltera”, recuerda su hija. “Firmé por ella ante mi papá”. Tras la separación, Magdalena comunicó su amor por otro hombre. Él la visitó durante sus últimas semanas de vida, escuchaban música y hasta le llevaba el whisky que ella tomaba antes de dormir.

La historia de esta mujer podría llevar a preguntarse: ¿cuándo es demasiado tarde para divorciarse? Hasta hace no tantas décadas, el divorcio era todavía tabú y terminar el matrimonio era sinónimo de fracaso.

Pero la sociedad se ha transformado y las parejas jóvenes no son las únicas que se separan: las personas mayores también lo están haciendo.”En los años recientes es algo que se ve más”, señala Carmen Ortiz, terapeuta de pareja.

Los divorcios entre parejas mayores solían ser raros, pero entre 1990 y 2021 la tasa se triplicó en Estados Unidos, según un estudio de la Universidad Estatal de Bowling Green.

En Nuevo León, México, por ejemplo, el divorcio en personas mayores de 60 años ha pasado del 8 al 9 por ciento en los últimos tres años, de acuerdo con cifras del Registro Civil del Estado.

Y va la alza: de los 494 divorcios que se han concretado en lo que va de enero, 48 corresponden a población de esta edad. Quienes trabajan de cerca con esta población señalan que uno de los principales factores que han influido en este fenómeno es el incremento en la esperanza de vida.

“En el siglo 20 aumentó 30 años la esperanza de vida, entonces te replanteas: ‘¿Cómo quieres vivir?’”, señala Bárbara Diego, especialista en envejecimiento y cuidados.

”Lo veo cada vez más, personas que dicen: ‘Me quedan un montón de años por delante, no estoy contenta como he vivido y me separo o divorcio”.

Hay quienes lo conocen como “divorcio gris” o “tardío”, aunque para quienes toman la decisión no es para nada tarde. Al contrario: tienen una vida por delante.

Lea: 10 pasos para superar un divorcio

Antes se podía solicitar el divorcio por adulterio o abandono de parte de la pareja.

CAMBIOS SOCIALES

Antes se podía solicitar el divorcio por adulterio o abandono de parte de la pareja, pero esto se ha transformado al punto de que en México ya existe el divorcio exprés, donde basta la voluntad de una de las partes para la disolución.

A la par ha cambiado la perspectiva social que se tiene sobre el matrimonio y el divorcio, permitiendo a cada vez más parejas cuestionarse su relación.

“El matrimonio, como todas las cosas, se ha ido ajustando”, apunta la terapeuta Ortiz. “La perspectiva de lo que era ser buena esposa o buen esposo ha cambiado. Las parejas que llegan queriendo divorciarse es porque no se ha renovado nada de eso”.

Por ejemplo, detalla, cuando el esposo sigue manteniendo el rol de proveedor sin involucrarse en cuestiones de pareja, hogar e hijos. Esto impacta sobre todo a mujeres, que gracias a los avances de la igualdad de género, hoy tienen mayor libertad para dejar un matrimonio en el que no son felices.

Y no es que antes las parejas mantuvieran siempre el deseo de seguir juntos, destacan las especialistas, sino que una separación era difícil de concebir. “La gente dejaba de amarse y seguían juntos”, dice la terapeuta Ortiz.

“Parejas que duermen en habitaciones separadas, que son como roomies”. Sumado al incremento en la esperanza de vida, no resulta extraño que una persona de 60 años decida separase para buscar la felicidad en la última etapa de su vida.

Esto es semejante a las personas mayores que deciden terminar la preparatoria, estudiar una segunda carrera o empezar a emprender a esta edad.

“A medida que las personas van envejeciendo”, apunta Diego, “hay un cambio en temas de prioridades, de valores, de qué es lo que realmente quiero para mí, y a veces ese es un momento donde decido tomar otro rumbo”.

Y aunque no son como tal los causales de un divorcio, la jubilación de la pareja y la partida de los hijos de casa pueden ser algunos detonantes para la separación.

También: Cómo explicarles a los hijos que están en un período de divorcio

La recomendación a las personas o parejas que piensan en un divorcio es buscar ayuda profesional para tomar la mejor decisión.

SEPARACIONES PACÍFICAS

Hay veces, desde luego, en que el matrimonio se puede salvar. Cuando la terapeuta Ortiz recibe parejas que buscan la separación, cuenta, lo primero que trabajan es en la posibilidad de renegociar su “contrato”.

“Les explico que no podemos esperar que el “contrato” que hicimos hace 30 años siga vigente”, explica. “La relación debe ser elástica para adaptarse a las etapas”.

Esto no es posible cuando alguna de las partes expresa no sentir amor o existe cualquier tipo de violencia, enfatiza. De decidir la separación, comienza entonces un proceso que suele ser diferente de los divorcios en parejas jóvenes.

“Lo viven con más serenidad, con mucha más calma, porque es una cosa muy pensada de muchos años”, apunta Diego, fundadora de Gericare, centro de cuidado y acompañamiento a personas mayores.

Por lo regular, coinciden las especialistas, los acuerdos que negocian estas parejas giran en torno a la convivencia con los hijos y los nietos. También hay aspectos que obstaculizan a muchos de la separación: uno de los más importantes es el financiero, pues aunque cada vez más mujeres son económicamente independientes, muchas mayores nunca tuvieron acceso a un trabajo remunerado y son dependientes de su pareja.

En esta etapa también empieza la preocupación del cuidado: llega el miedo a ser dependiente y no tener a un cuidador o la culpa si la pareja está enferma.

“Las personas que se animan a hacer divorcios a estas edades son personas que están sanas”, ahonda Diego. El miedo a qué dirán o cómo se sentirán los hijos sigue teniendo un gran peso, indican las especialistas, pero cada vez son más quienes apoyan a sus padres.

La recomendación a las personas o parejas que piensan en un divorcio es buscar ayuda profesional para tomar la mejor decisión. “Es muy importante no juzgar a un matrimonio mayor que decide separarse”, señala Diego. “Nadie conoce el curso de vida que ha llevado cada persona, cada pareja”.