Redacción. La relación siempre es más intensa al principio. Y es que en esos momentos lo que domina, más que el amor, es una atracción física fulminante, es por eso que a veces no vemos con claridad al hombre que tenemos delante, que puede ser uno de estos cuatro ejemplares tóxicos.
1
El castigador
Foto: La Prensa
Habla de su ex constantemente y te hace chistes ofensivos.
A él le ha ido mal con otras mujeres, quizás porque no elige a sus parejas con el cerebro o el corazón, sino con una parte de su anatomía que está un poco más al sur. El caso es que está resentido con el sexo femenino y lleva esa carga tóxica a sus nuevas relaciones. Él jura que ninguna otra lo hará sufrir. Y es así como pagan justas por pecadoras.
Señales de peligro: habla de su ex constantemente y/o con desprecio; cuando tiene un problema contigo, te acusa de ser como ella o “como todas”; hace chistes ofensivos de las mujeres; basa su comportamiento actual en su relación pasada. Por ejemplo: si su ex lo engañó, él vigila tus pasos y te acusa de infidelidad.
Para tener una relación sana, que no esté empañada por el pasado, él debe hacerse responsable de sus elecciones y dejar de juzgar a todas por el comportamiento de una. Esto requiere reflexión y madurez emocional. Si crees que la relación es salvable, un sicólogo o un consejero de parejas podría ayudarlo a superar el bache.
2
El chico malo
Foto: La Prensa
Algunas mujeres siguen al lado de estos hombres porqjue necesitan el drama en su vida.
El rebelde sin causa tiene un aura de romance que puede resultar irresistible. Pero, con el paso del tiempo, este modelo puede pasar de irresistible a ¡insoportable!
Señales de peligro: pierde el empleo porque no le gusta seguir las reglas de otros; bebe de más para ahogar su dolor existencial y a ti te toca pagar sus fianzas; desaparece durante tres días y nunca te enteras dónde estuvo ni con quién; tiene hijos con diferentes mujeres y no les pasa manutención porque está peleado con todas… En fin: su vida es una larga cadena de problemas que siempre son culpa de otros. La realidad es que detrás de la fachada de chico malo… sólo hay un gran irresponsable.
Algunas mujeres permanecen al lado de este ejemplar por varios motivos: necesitan drama en su vida y el chico malo es una verdadera fábrica de problemas. Otras se proponen enderezarlo, mientras que muchas satisfacen sus instintos maternales rescatándolo de sí mismo, sintiéndose así necesitadas. Si éste es tu problema, la solución radica en aceptar que este comportamiento nada tiene de romántico y sí mucho de infantil y desconsiderado. Cuando aprendas a valorar la consideración, la responsabilidad y la madurez emocional, te sentirás atraída por otra clase de hombre.
3
El indeciso
Foto: La Prensa
Este prospecto realmente no sabe lo que quiere.
Llevas seis meses o seis años a tu lado y la relación se compara con la canción de Ricky Martin: “un pasito pa’lante, María, un pasito pa’trás”. O sea: que no avanza. Este ejemplar es huidizo e imposible de atrapar.
Señales de peligro: si le preguntas hacia dónde va la relación, sus respuestas siempre son: “No estoy listo para formar un compromiso serio”, “Todavía no sé quién soy, estoy buscándome”, o “Necesito más tiempo”. Además, cuando se siente acorralado, propicia una pelea para romper contigo. A los pocos días vuelve y, ¡ya conoces el patrón!, tu pregunta sigue en el aire.
Quizás él realmente no sepa lo que quiere. En ese caso, presionarlo puede ser contraproducente para ambos (¿quién quiere una relación forzada?). Pero si compruebas que él te está dando largas dado que le satisface la relación tal como es y no tiene intenciones de cambiarla, debes preguntarte si estás feliz así. Si lo estás, nada tiene de malo en seguir en esta situación. Si no es así, entonces eres tú, y no él, quien debe tomar la decisión definitiva.
4
El hijito de mamá
Foto: La Prensa
No da un paso sin consultar o pedir la ayuda de mamá.
Está tan acostumbrado a los mimos de su mamá, que también espera lo mismo de ti. Nada es lo suficientemente bueno para este príncipe, al quien hay que atender a cuerpo de rey. Esto no sería tan terrible si, número uno, fuera recíproco y, número dos, no viniera acompañado de un asunto más peligroso. Y es que muchos de estos ejemplares no han cortado el cordón umbilical con la autora de sus días.
Señales de peligro: no da un paso sin contar con mamá; ella lo saca de todo apuro; nadie hace las cosas tan bien como ella, y quiere que tú aprendas de su ejemplo; mamá, y no tú, es su prioridad; la mayoría de las peleas entre ustedes serán por ella.
Por increíble que te parezca, aquí la mamá no es el problema. Y es que ella participa en la relación sólo hasta donde él se lo permite. No desvíes la atención de la verdadera causa del triángulo culpándola; la clave radica en que ustedes sienten los límites como pareja. Estás advertida: si su excusa es que “no puedo sin mamá”, tu relación siempre será de tres.
5
El controlador
Foto: La Prensa
Sientes que no te deja ser tú misma, que no confía en ti.
Es responsable, maduro, fuerte y protector. ¡El hombre que soñabas! Sólo hay un problema en este paraíso. Con su actitud controladora, sientes que él te ha cortado las alas.
Señales de peligro: tienes que contar con él antes de dar cada paso e involucrarlo en todo lo que haces; en los casos más extremos, incluso debes pedirle permiso antes de actuar (él no lo ve así, por supuesto; simplemente desea que lo consultes).
Es cierto que a su lado te sientes protegida, pero ojo: con el tiempo podrías sentirte presa y anulada. Una relación sana te permite expresar tu individualidad. Si no es así, debes decidir si deseas vivir atrapada en una relación tóxica o ser libre para crecer como persona.
¿Y si tropiezas con la misma piedra? Si no has tenido una relación sana, quizás no sabes qué esperar del amor. Te conformas con un amor a medias o te consuelas pensando que todos son así. Reeduca tu corazón. Observa a las parejas felices y verás que, lejos de maltratarse emocionalmente, todas se respetan y armonizan.