Medellín, Colombia.
La 27 edición de ColombiaModa, la feria de diseño, conocimiento y negocios más grande e importante de Latinoamérica, se inauguró con la espectacular pasarela del diseñador Jorge Duque Vélez en medio de un laberinto de barriles de licor añejo.
El artista colombiano que saltó a la fama al ganar Project Runway versión América Latina se robó el show con una propuesta basada en el circo y lo sicodélico y con una mezcla de texturas y telas que realmente rediseñaron el vestir elegante de la mujer colombiana.
Sus 32 salidas pret-a-porte y 10 vestidos para novia de inspiracion audaz e irreverente lograron que los más de 750 invitados a su pasarela salieran fascinados por la habilidad y mágica destreza de combinar colores, materiales y temáticas en diseños donde la mujer cosmopolita está reflejada.
Había brocados, estampados primaverales, chifones etéreos, el corsé, flecos, gamuza, metalizados, transparencia, plástico repujado, guipur, organza y sus tan aclamados cinturones de materiales como hierro forjado y de plástico con hologramas florales creados exclusivamente para él en Taiwán.
Duque Vélez no dejó al azar absolutamente nada de lo que la primavera-verano en Latinoamérica exige. Su visión de las tendencias es tan amplia que reinterpretó a su estilo cada pieza que salió a la pasarela.
La 27 edición de ColombiaModa, la feria de diseño, conocimiento y negocios más grande e importante de Latinoamérica, se inauguró con la espectacular pasarela del diseñador Jorge Duque Vélez en medio de un laberinto de barriles de licor añejo.
El artista colombiano que saltó a la fama al ganar Project Runway versión América Latina se robó el show con una propuesta basada en el circo y lo sicodélico y con una mezcla de texturas y telas que realmente rediseñaron el vestir elegante de la mujer colombiana.
Sus 32 salidas pret-a-porte y 10 vestidos para novia de inspiracion audaz e irreverente lograron que los más de 750 invitados a su pasarela salieran fascinados por la habilidad y mágica destreza de combinar colores, materiales y temáticas en diseños donde la mujer cosmopolita está reflejada.
 Los estampados y múltiples colores son parte de los nuevos diseños.
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Duque Vélez no dejó al azar absolutamente nada de lo que la primavera-verano en Latinoamérica exige. Su visión de las tendencias es tan amplia que reinterpretó a su estilo cada pieza que salió a la pasarela.
Aplausos
El traje sastre de pantalón y chaqueta se volvió más selvático con una tela que simulaba la piel de serpiente. La falda fue creada con cinturones que envolvían las caderas y piernas de la mujer; el plástico repujado fue más innovador que nunca en blusas entalladas, y qué decir de los corsés creados con magistral sinfonía con la silueta femenina.
Los vestidos largos iban acentuados con cinturones anchos, ultrarretro, y por si fuese poco el tul salía con delicadeza de las blusas sumamente femeninas.
La paleta de colores viajó por el tan clásico e imperecedero tono negro, el rojo, el azul celeste, el fucsia, el verde militar o los metalizados rosas.
Durante cuatro meses de incansable inspiración y laboriosidad, Jorge Duque Vélez estuvo llevando a la realidad esta colección presentada por Ron Medellín y que resumía con magistral diseño, patronaje y confección unas siluetas con escotes elevados, blusas amplias, moños en los cuellos y hasta los flecos con influencia de los años setenta.
Su reflejo
Para el autor de esta propuesta, la misma nace “durante los años setenta cuando una chica de la ciudad decide abandonar su estatus e irse a vivir al desierto de Arizona. Ahí disfruta la sicodelia de la época, sin olvidar de dónde viene y quién es”. También destacó que el trabajo visual y manual es un homenaje al fileteado porteño; reminiscencias a manteles de cuadros y cenefas fueron algunos de los detalles que dejaron entrever la nostalgia de las calles de ciudades latinoamericanas como Medellín o Buenos Aires.
Musica de Fito Paez, punk, melodías circenses y hasta de Soda Stereo conjugaron la magistral noche donde Jorge Duque Vélez demostró ser un diseñador de armas tomar y donde su ingenio no tuvo límites, fronteras ni mucho menos se encasilló en lo de siempre de las pasarelas: prendas para vestir, sino en moda para lucir.
Las pasarelas comenzaron fuerte con propuestas de Edwing D‘Angelo, Orozco Clothing -que fusionó la mezclilla con aires roqueros-, Carmen Steffens, Pepa Pombo y la fabulosa pasarela de Leonisa por sus 60 años de ser firma líder en ropa interior en Colombia.
