Moda y belleza
PARíS. La colección primavera-verano de
Jean Paul Gaultier la componen siluetas triangulares, minivestidos y botas de charol blanco.
Gaultier, quien fue aprendiz de Pierre Cardin (a quien dedicó su colección) durante la década de los 70, tomó de este modista su pasión por el orientalismo y la precisión en las líneas, que influyó en su trabajo en la primera parte de los años 80.
Este exotismo llevó a Gaultier a entender hoy su colección como un cariñoso recuerdo a los 60, retocados con un punto japonés en los peinados, que parecían imitar a samuráis, y un etnicismo más bien africano, en bordados trenzados y jacquards. Gaultier usó la pasión geométrica de Cardin para crear originales vestidos palabras de honor o de una sola manga, compuestos de una única tira de tela que parecía envolver a la modelo.
Desestructurados, aires orientales, siluetas triangulares, minivestidos y botas de charol.
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