Extrema pureza inspirada en las estatuas antiguas para brindar más comodidad. Un vestido largo de lana blanca con capa a juego abrió el desfile en el Museo Rodin de París, en un decorado diseñado por la artista italiana Marta Roberti, que combinó animales, diosas, autorretratos y fragmentos de paisajes salvajes. La silueta es vertical, la línea limpia y los colores refinados: blanco, negro, beige, dorado y plateado.
“Esta línea limpia esconde, de hecho, una complejidad notable. Fue un trabajo de sustracción. Quise quitar la funda, el forro, esos elementos que caracterizan los conjuntos ensamblados de alta costura”, confesó a AFP Maria Grazia Chiuri, directora artística de la colección femenina Dior. La estilista cita a Christian Dior cuando afirmaba que las obras maestras de la Antigüedad, y los vestidos, tenían en común “una aparente sencillez”.
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Aligerar la construcción sin perder la forma fue “el desafío más importante” de esta colección, explicó la diseñadora italiana. La silueta emblemática del New Look de Christian Dior, estructurada por la chaqueta entallada, se reinterpreta en esta colección de varias formas.
La chaqueta bar no tiene forro, es “ligera y cómoda”. Por primera vez se hizo “en tejido brocado elástico” para permitirle a la modelo “moverse como si llevara ropa deportiva”.
La silueta bar se evoca con un top blanco con pantalón y capa corta por delante y larga por detrás. Una alternativa en forma de chaqueta y abrigo está estructurada con pliegues diseñados bajo el pecho, evocando estatuas clásicas. Las sandalias planas, con recortes, acentúan la evocación clásica.
El plisado, otro elemento Dior, está presente en las mangas de las chaquetas de hombre. Además de los vestidos imprescindibles, la colección ofrece varias piezas separadas, que permiten mezclarlas, y construye “todo un vestuario personalizado”, subrayó Maria Grazia Chiuri.
Ello incluye pantalones cortos que se pueden poner debajo de capas doradas transparentes, bordadas con perlas, o blusas blancas. “Esta colección no está hecha para la alfombra roja como la imaginamos hoy”, subraya Maria Grazia Chiuri. “Es un trabajo que no necesariamente es visto por los demás, sino sobre todo por la que lleva la prenda”, concluye.
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