Anime invade a Honduras

Conozca la pasión de varios jóvenes aficionados de la cultura japonesa.

  • Actualizado: 05 nov 2012

De las historietas transportan al mundo real a sus personajes favoritos. Naruto, Miku Hatsune, Sailor Moon y Pikachu cobran vida gracias a la creatividad y pasión de miles de jóvenes hondureños por el anime.

Es un estilo de animación japonesa que nació hace tres décadas en el continente asiático, el cual –lejos de desaparecer- se ha transformado en una comunidad que cada vez gana más adeptos. Solo en San Pedro Sula más de 400 jóvenes asisten a los festivales anime que se celebran tres veces al año.

Ellos forman parte de los otakus, una tribu urbana fiel seguidora y coleccionista de la cultura japonesa mediante el cosplay, es decir, jugar a disfrazarse como su personaje favorito que va más allá de imitar su voz o su forma de caminar. También están los apasionados por manga, el arte de dibujar los cómics, los coleccionistas y los aficionados por la música.

Las redes sociales son el canal que agrupa a decenas de hondureños, allí comparten aficiones, gustos, planean actividades, adquieren artículos de colección y accesorios para hacer más real su vestuario cuando hacen cosplay.

Alejandro Callejas es universitario y dueño de Anime Store, única tienda en San Pedro que ofrece todo lo que un otaku busca. “Me gusta invertir mi tiempo libre en un pasatiempo sano con el cual he aprendido muchas cosas de la cultura japonesa por medio del manga y el anime. Me gusta la música y el cosplay. Hay personas de distintas edades, colegiales y profesionales. En los festivales asisten padres e hijos aficionados del anime”.

María José Amaya vive en Siguatepeque y le encanta personificar a Miku Hatsune, la cantante virtual más reconocida. “Desde pequeña sigo el anime en dibujos, es a partir de 2010 que hago cosplay, elaboro los diseños, compro la tela y me basó en el personaje que me gusta”.

Muchos crecieron con Candy Candy y el osito Misha, pero fue en la década de los noventa cuando la aparición de Gokú desató el furor por el arte y la cultura japonesa.
Tributo a la cultura japonesa

Los aficionados del manga y anime reafirman que seguir una cultura extranjera no significa abandonar sus raíces. Viktor Castillo organizó en San Pedro Sula el evento Ryu No Matsuri -en español festival del dragón-. “Es un gusto sobre una cultura en particular. Nos gustan las expresiones y la música japonesa, somos aficionados del video, los juegos y el manga”.

La sampedrana Osiris Paz dijo: “Cuando nos disfrazamos tenemos la oportunidad de ser nuestro personaje favorito por un momento y solo lo hacemos en los festivales”.

Alexandra Rubio es estudiante de Derecho y una apasionada del anime. Su habitación es un tributo a la cultura japonesa. Colecciona libros de manga, música, pósteres, pelucas, peluches, figuras de cerámica, y sus trajes son confeccionados en el país bajo su supervisión. La afición al anime es costosa, por ejemplo, un artículo de colección puede costar desde 11 hasta más de 200 dólares. Todo lo vale con tal de satisfacer sus gustos.

La psicóloga Magdalena Turcios dice que esta conducta es muy normal y muchos se identifican con la valentía y habilidades de Naruto o la fuerza y dignidad del guerrero Gokú, como muchos alguna vez lo hicieron con Superman. “Toda expresión cultural que muestre la creatividad de un pueblo es digna de respeto y admiración”.

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Clanes de anime en el país:

1. AnimeOtakusdeHonduras

2. Amantesdelmangayanime-honduras

3. L’ragnarok clan
4. Nihon.dantai