Emilia Clarke (1986, Londres) saltó a la fama en 2011 por su interpretación de Daenerys Targaryen en la serie de HBO Juego de Tronos, generando desde entonces una legión de fanáticos de este personaje semi místico con cabellos blancos durante casi ocho años, para convertirse después, gracias a sus exóticos rasgos, en protagonista de campañas de firmas como Dolce & Gabbana o Clinique, de la que es embajadora.
Más de 27 millones de seguidores en Instagram, fundadora de su propia ONG “Same you” en la que vela por los intereses de los enfermeros, y polifacética actriz, son solo algunas de las facetas de la intérprete que dio vida a uno de los personajes más amados y odiados de Juego de Tronos.
Pero en la vida real y como todos los mortales, la cuarentena de la actriz ha pasado por diferentes etapas de lo más comunes, en las que según ha admitido en una conferencia virtual, ha “procrastinado” en algunas tareas, ha pasado los días “viendo series de televisión”, y no ha conseguido superar su meta para el confinamiento de “aprender japonés”, bromeaba.
Lo que si que ha hecho Clarke es cumplir con una consolidada rutina de belleza diaria, que sigue tanto en tiempos de rodajes, tras grandes caracterizaciones, como en sus días libres, y con más atención durante este encierro obligado.
“Pese a no haberme maquillado en esta cuarentena he tenido algunos brotes de acné, sin duda debido a factores emocionales por la situación”, ha contado Clarke durante una conferencia virtual, añadiendo que durante estos meses ha aprovechado para “no utilizar secadores” y realizar “mascarillas caseras” para el cuidado de la piel.
La actriz es embajadora de Clinique
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“ Limpio mi piel con un bálsamo cada mañana y cada noche, incluso si no he llevado maquillaje, para eliminar restos de polución o grasa que a veces se acumula en la piel”, explica Clarke, y continúa con un tónico de “propiedades exfoliantes”, una buena alternativa para “pieles sensibles con tendencia a la sequedad” como la de la actriz.
Su último paso en la rutina de cuidado facial es una “crema hidratante rica en agua”, en fórmulas de “textura muy ligera” que ayudan a preservar la “propia hidratación de la piel”, detalla la intérprete.
Tras cumplir religiosamente con su ritual de cuidados, Clarke desvela que en su vida cotidiana no suele utilizar demasiado maquillaje, para compensar las temporadas de rodaje, por lo que prefiere dejar que su piel “respire”, siguiendo una de las lecciones que su madre y “gurú del maquillaje”, le explicó de pequeña.
“Mi madre me enseñó a maquillarme, fue la primera persona con la que aprendí a hacerme un ‘eyeliner’ definido, y también me enseñó que el buen maquillaje es aquel que no se nota”, apunta la británica.
Y aunque prefiere prescindir de la base de maquillaje en el día a día, revela que hay dos básicos que siempre la acompañan; “si tuviera que escoger un único producto de maquillaje, sin duda sería una máscara de pestañas”, que da “vitalidad y brillo a la mirada”.
Su segundo imprescindible es “un labial hidratante con algo de color”, que además de utilizar sobre sus labios, emplea también “en la parte alta de las mejillas” y “sobre los párpados”, como iluminador para dar un “toque hidratante y un brillo de efecto sano” a su rostro, resaltando sus facciones.
Así es como lo ha contado la actriz mediante un vídeo en directo a través de la plataforma de la firma cosmética Clinique, cuyos cosméticos utiliza “desde que era adolescente” hasta la actualidad, como embajadora de la marca. EFE