“Simplemente estaba enamorado de Nueva York. No me refiero a ‘amar’ de ninguna manera coloquial, quiero decir que estaba enamorado de la ciudad, de la forma en que amas a la primera persona que te toca y nunca amas cualquiera de esa manera otra vez”.
Con ese fin organizó la colección dentro de Rainbow Room, en lo alto del 30 Rockefeller Center, un establecimiento de la Gran Manzana tan clásico como se puede encontrar.
Gurung’s es sencillo y sencillo, con líneas limpias, vagamente de los 70 que califican como atemporales en 2020.
El esmoquin estableció el ambiente formal, pero a partir de ahí deambuló ampliamente, tocando el vestido de punto (otra tendencia en desarrollo), un colorido estampado floral en seda. jacquard y tops voluminosos para salir con pantalones.
Si bien el look de apertura fue un traje blanco y negro, lo que siguió no fue necesariamente lo que uno podría esperar de una colección inspirada en la ciudad que nunca duerme. En cambio, se trataba de lo que Gurung llama “glamur ecléctico”.
 ”Glamur ecléctico”: estampado de leopardo mezclado con flores, blusas dignas de la vida nocturna que se usan con pantalones holgados a medida o incluso con plumas.
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 El plumaje, las escarolas fueron un motivo recurrente, con plumas largas y sencillas cosidas en faldas y blusas, al igual que el brillo, ya fuera a lo largo de cortes sexis o esparcidos por vestidos ceñidos.
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