Los 5 conflictos de la edad difícil

Estos son los cinco ejemplos más comunes de situaciones que suponen conflicto cuando los hijos cumplen los 18 años

  • 23 feb 2022
Orientación para padres

Redacción. Sus horarios de regreso a la casa le generan canas verdes, las palabrotas son ahora sus mejores amigas para comunicarse. Su nueva familia son sus amigos y solo lo puedes contactar vía Facebook o WhatsApp, si es que no le ha bloqueado aún.

Llegó a la temida “edad difícil”. La secundaria acabó, ya tienen 18 años, y a padres e hijos les espera una nueva etapa que implica soltar más la rienda; es decir, conceder más libertades, pero que provoca, en muchos casos, confrontaciones.

“El punto principal es saber que los chicos que pasan de bachillerato a la universidad quieren separarse de papá y mamá, pero lo más importante es que los papás no pierdan la comunicación con los hijos a pesar de esto”, menciona Elena Guadalupe Rodríguez, psiquiatra especialista en infancia y juventud.

Es vital que queden en claro los acuerdos que se tienen en familia, las expectativas que los papás tienen de los muchachos. Quizá no que saquen 100 por ciento en la universidad, pero que asistan a sus clases, que sepan el grado de responsabilidad que esperan sus padres de ellos”.

Rodríguez considera que va a haber situaciones en que va a ser imposible que los chicos no se vean presionados por el grupo, pero que, a pesar de eso, hay que escuchar empáticamente antes de regañar.

Es necesario no prohibir, pero sí dejar claro que hay expectativas, obligaciones y responsabilidades que acompañan a las libertades.

Muchos papás les facilitan los vehículos, por comodidad o necesidad, pero hay que hacerles saber que es una responsabilidad, saber a quién sube, cómo maneja.

El papá o la mamá tienen qué recordar que a ellos también les gustaba tomar riesgos cuando jóvenes y ser empáticos.

El que muchos padres les den todo a sus hijos, incluyendo permiso para todo, influye en que no valoren lo que tienen, y esto puede afectar su intención de progresar.

Otro aspecto es que no se caiga en el otro extremo, el de la prohibición, pues eso solo motiva al joven a querer hacer las cosas por rebeldía, y a que la comunicación y confianza se pierdan, dice Alicia Salinas, experta en psicología positiva.