Los expertos recomiendan contestar las preguntas de los niños con sinceridad, acomodar las respuestas a su lenguaje y lo más importante: no decirles que se callen.
En el ser humano hay una raíz para conocer, la cual sino se le da el correcto manejo puede provocar que los niños ya no se pregunten, y ya no quieran saber y esto es muy nocivo sobre todo en la edad escolar, ya que es el momento en que los niños empiezan a contemplar el mundo y se vuelven agudos observadores.
Por esta razón las preguntas de los pequeños siempre están relacionadas con su entorno,lo que sucede y cualquier acontecimiento que se presente fuera de lo que para ellos es lo convencional.
A partir de los 2 y hasta los 6 años, los niños pasan por un periodo muy sensible en el que su medio principal de comunicación son los sentidos.
Según los psicólogos antes de que aparezca la edad de la razón el niño tiene un interés especial por las impresiones sensoriales de todo tipo como color, forma, tamaño, sonido y textura.
A esta fase la pedagoga italiana María Montessori la llamó “Refinamiento de los Sentidos”, es por ello que se recomienda escuchar siempre al pequeño y estimularlo para satisfacer su necesidad de conocimiento.
Consejos:
Antes de responder, escúchelo, averigue de dónde salió la inquietud y qué saben él sobre el tema.
No diga mentiras, ellos quieren conocer la realidad que habitan.
Sino está seguro de la respuesta está bien decir: 'Dame más tiempo para pensarlo'.
Dé respuestas al niño en un lenguaje sencillo.