Redacción. Pequeñas acciones pueden ayudar a conseguir un auténtico espacio para el descanso, pues todo se reduce al qué y cómo se eligen los elementos que cobijan la habitación.
De acuerdo con Xavier Fonseca, en el libro “Las Medidas de una Casa. Antropometría de la Vivienda”, las camas influyen en la personalidad de los usuarios, pues impactan en la sensación de seguridad o descanso.
El autor recomienda que se orienten en dirección norte-sur, paralelas a la ventana principal; y que la altura oscile entre los 40 y 50 centímetros del piso a la base (con variables según la altura del usuario). “Algo en lo que nos enfocamos es en dar mucho valor al momento y actividades previas a dormir, cuando estás sentado en la cama leyendo, por ejemplo, o con alguna otra actividad que te ayuda a desconectarte”, agrega Isabella Miranda, diseñadora de interiores.
En ese sentido, recomienda comprar “muebles ancla” o esenciales para enarbolar de forma más eficiente y eficaz la habitación. Las luminarias artificiales también son importantes. Debe ser una luz cálida de 2 mil 500 a 3 mil kelvins, pues indican a nuestro ritmo circadiano que es momento de relajarse.
Atmósfera ideal
El color. La recomendación es elegir tonos neutros, lo que evita distracciones o estímulos en demasía. Grises, blanco o pasteles y graduales serán la elección ideal.
Lámparas. Se aconseja el uso de luz cálida y que tenga una proyección difusa y no direccional para crear una atmósfera más relajante y amigable.
Base de cama. Es común que algunos jóvenes prescindan de ésta para evitar el gasto; sin embargo, siempre dará estructura y descanso, lo que la hace necesaria.
Colchón. Prueba y elige el que te brinde confort personalmente. Se aconseja sentir aquellos con colchoneta y con un punto medio entre suavidad y firmeza.
Almohadas. No se recomiendan las que son muy esponjosas o muy planas. La elección también debe basarse en criterios individuales.
