Esos detalles navideños que delatan  

Los regalos, la música y la decoración de la Navidad manifiestan adicciones y tendencias.

  • 12 dic 2015

Redacción.- Aunque no muy conocido, la Navidad tiene su lado psicológico.
¿Sabía que las mujeres son más diplomáticas que los hombres al recibir un mal regalo de la pareja o que la decoración navideña exterior nos hace parecer más sociables?

“Los regalos son uno de los protagonistas de estas fiestas, aunque a veces pueden convertirse en una situación desfavorecedora”, dice el psicólogo británico Jeremy Dean.

“Suponemos que las personas cercanas nos conocen bien como para llevarnos buenos regalos –señala Dean–. Así que cuando llega un mal obsequio éste tiende a reflejar una cierta pobreza en la relación”.

Hombres y mujeres tienen diferentes mecanismos psicológicos para hacer frente a los regalos pobres o inadecuados –asegura este experto–. Ellas fingen que el obsequio es lo que han deseado, y ellos son más propensos a decir lo que de verdad piensan.

Esa fue la conclusión de dos experimentos hecho por la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), con estudiantes universitarios, en relaciones de amistad y de pareja: ellas tienden a protegerse contra una “amenaza potencial” en la relación, de modo que si reciben un regalo ‘inapropiado’, dirán que le gusta y que es fantástico, aunque piensen lo contrario.

Ellos no hacen ese esfuerzo de diplomacia y dirán que no les gusta el obsequio elegido por la pareja y, por extensión, su relación.

Dean aclara que estos estudios son a corto plazo y solo representan la primera reacción instintiva, mientras que a largo plazo es probable que la historia sea la misma para ambos sexos.

Es decir, que los malos regalos terminen dañando la relación, al hacer que uno perciba que el otro se ha alejado de su corazón y no es ese “alguien que realmente te entiende y sabe lo que te gusta”.

Dime cómo decoras...

Otra investigación, del Departamento de Psicología, sugiere que las decoraciones navideñas que ponemos en el exterior de las casas hacen que otros piensen que somos más sociables y que quizá estemos más integrados en la comunidad y sus actividades.

En el estudio los participantes observaron fotografías de casas y calificaron a sus residentes como ‘sociables’ y ‘no sociables’. Se concluyó que las personas perciben los adornos de Navidad de las viviendas como una señal de que sus ocupantes son amables, activos y abiertos, y que están cohesionadas con su comunidad.

Este trabajo, publicado en el Journal of Environmental Psychology, sugiere que quienes viven en las casas adornadas utilizan la decoración navideña como una forma de comunicar su accesibilidad a otros vecinos y para integrarse en la vida del vecindario.

Sobre el tema, Dean advierte que no hay que exagerar ni caer en la “adicción a la iluminación navideña” que estudió el psicólogo estadounidense John Grohol, fundador y director del portal Psych Central.

Grohol se pregunta ¿por qué algunos parecen enloquecer con la cantidad de luces que ponen en sus casas? Y asegura que este fenómeno creciente se ha convertido en una adicción conductual.

Para este psicólogo, la raíz de este comportamiento radica en que la gente busca llamar la atención, con el pretexto de celebrar las fiestas. Además, las luces de Navidad son muy baratas y vienen en paquetes de grandes cantidades.