Estados Unidos
Aunque el sol ayuda al cuerpo a producir vitamina D, un nuevo estudio señala que una exposición solar excesiva puede en realidad reducir los niveles de la vitamina esencial.
La piel bronceada podría ofrecer cierta protección contra los nocivos rayos UV del sol, pero ese aumento en el pigmento bloquea la síntesis de la vitamina D y limita la capacidad de la piel de producir vitamina D, según investigadores de Brasil.
'Nuestros hallazgos sugieren que el bronceado de la piel, que es una protección contra los nocivos efectos de la irradiación UV, limita el aumento progresivo en suero de la vitamina D hasta concentraciones óptimas', apuntó el autor del estudio, el doctor Francisco Bandeira, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pernambuco, en Recife, Brasil.
Para el estudio, los investigadores examinaron a casi mil personas de ambos sexos de Recife, que tenían entre 13 y 82 años de edad. Todos tenían una exposición diaria significativa al sol, y ninguno usaba rutinariamente un filtro solar ni tomaban complementos de vitamina D.
Usando la escala de fototipo de la piel de Fitzpatrick, que es una medida numérica del color y del tipo de piel usada por los dermatólogos, los investigadores evaluaron la respuesta de los distintos tipos de piel a la luz UV. En general, unas puntuaciones más altas indican unos tonos de piel más oscuros, y una tendencia a broncearse, no quemarse.
También se calculó el índice solar de los participantes, multiplicando el número de horas de exposición al sol a la semana por la fracción de piel expuesta.
Los investigadores compararon las puntuaciones de índice solar de los participantes y el tipo de piel con su nivel de vitamina D en sangre. La mayoría de participantes con una exposición diaria muy alta al sol tenían unos niveles de vitamina D en suero más bajos de lo normal.
En total, el 72% de los participantes tenían deficiencia de vitamina D. Los que carecían de este nutriente tendían a ser mayores, y a tener unos valores de índice solar más bajos, halló el estudio.
'Nuestra investigación mostró que, en una muestra grande de individuos que vivían en una región tropical localizada a 8 grados al sur del Ecuador con unas tasas muy altas de exposición al sol y una irradiación UV extremadamente alta, la mayoría de personas tenían vitamina D en suero por debajo de los 30 ng/ml [nanogramos por mililitro], el umbral de la normalidad', señaló Bandeira en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society).
Los hallazgos fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Endocrina, en Boston. Los estudios presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada médica por profesionales.
Aunque el sol ayuda al cuerpo a producir vitamina D, un nuevo estudio señala que una exposición solar excesiva puede en realidad reducir los niveles de la vitamina esencial.
La piel bronceada podría ofrecer cierta protección contra los nocivos rayos UV del sol, pero ese aumento en el pigmento bloquea la síntesis de la vitamina D y limita la capacidad de la piel de producir vitamina D, según investigadores de Brasil.
'Nuestros hallazgos sugieren que el bronceado de la piel, que es una protección contra los nocivos efectos de la irradiación UV, limita el aumento progresivo en suero de la vitamina D hasta concentraciones óptimas', apuntó el autor del estudio, el doctor Francisco Bandeira, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pernambuco, en Recife, Brasil.
Para el estudio, los investigadores examinaron a casi mil personas de ambos sexos de Recife, que tenían entre 13 y 82 años de edad. Todos tenían una exposición diaria significativa al sol, y ninguno usaba rutinariamente un filtro solar ni tomaban complementos de vitamina D.
Usando la escala de fototipo de la piel de Fitzpatrick, que es una medida numérica del color y del tipo de piel usada por los dermatólogos, los investigadores evaluaron la respuesta de los distintos tipos de piel a la luz UV. En general, unas puntuaciones más altas indican unos tonos de piel más oscuros, y una tendencia a broncearse, no quemarse.
También se calculó el índice solar de los participantes, multiplicando el número de horas de exposición al sol a la semana por la fracción de piel expuesta.
Los investigadores compararon las puntuaciones de índice solar de los participantes y el tipo de piel con su nivel de vitamina D en sangre. La mayoría de participantes con una exposición diaria muy alta al sol tenían unos niveles de vitamina D en suero más bajos de lo normal.
En total, el 72% de los participantes tenían deficiencia de vitamina D. Los que carecían de este nutriente tendían a ser mayores, y a tener unos valores de índice solar más bajos, halló el estudio.
'Nuestra investigación mostró que, en una muestra grande de individuos que vivían en una región tropical localizada a 8 grados al sur del Ecuador con unas tasas muy altas de exposición al sol y una irradiación UV extremadamente alta, la mayoría de personas tenían vitamina D en suero por debajo de los 30 ng/ml [nanogramos por mililitro], el umbral de la normalidad', señaló Bandeira en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society).
Los hallazgos fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Endocrina, en Boston. Los estudios presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada médica por profesionales.