'Saber de dónde provienen los alimentos modifica muchos aspectos en nuestra vida, ya que la relación que generamos con lo que nos nutre determina nuestra salud física y emocional', comentó Aída Real, especialista en huertos.
Para tener tu propio huerto no necesitas un jardín de grandes dimensiones: puedes optar por hacerlo en la terraza, en una ventana e incluso hasta en un par de macetas.
La idea es que lo adaptes a tus necesidades y gustos. Lo único que se requiere es un espacio libre y que reciba un promedio de cinco a ocho horas diarias de sol. El tamaño recomendable para algo sencillo es de un metro cuadrado. Aunque parezca pequeño, se pueden sembrar ahí hasta nueve cultivos.
De acuerdo a los productos que desees debes diseñar este espacio. Ésa es la ventaja principal, pues siempre tendrás a la mano alimentos frescos y ricos en vitaminas.
Para tus cultivos puedes reutilizar contenedores que funcionen como macetas. No importa el tipo que sean, siempre y cuando tengan 20 centímetros de profundidad.
Manos a la obra
El paso principal es preparar el terreno, lo cual, más que un tratamiento, es una composición de tierra de hoja en donde se debe colocar un sustrato de siembra que contenga composta y un mejorador de suelo hecho a base de extractos orgánicos, ácidos húmicos, fúlvicos y nitrógeno.
Puedes usar también fibra de coco, tezontle en grano pequeño o agrolita, ya que ayudan a la humedad y los minerales. Al mismo tiempo, estos elementos reducen el peso de las macetas. 'Lo que come el suelo lo voy a comer yo; por lo tanto, ese suelo debe tener los minerales que mi cuerpo necesita', expresó Real.
Después viene la selección de cultivos, pero debes consultar previamente las tablas de siembra para conocer las características y cuidados especiales de cada producto.
Con ayuda de un buen sombrero y tijeras, siembra tomates, papas, ejotes y hasta menta o albahaca. No olvides regarlos y observarlos constantemente para que ninguna plaga afecte tu paraíso en la tierra.
 Puedes utilizar maceteros como una opción a la falta de espacio.
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-Los contenedores grandes son perfectos para reducir el mantenimiento.
-Las macetas con autorriego ayudan a mantener mejor los huertos.
-Los sacos de cultivo retienen el agua y son ligeros.
-Las zanahorias, espinacas, alcachofas, ajo y acelgas son productos que requieren menos agua.
-Para cultivos de sombra, son ideales las frambuesas, moras, rábanos y chícharos.
