Familia y Hogar
San Pedro Sula, Honduras.
El término déficit hace referencia a una carencia o falta de algo.
Por lo tanto, un niño que padece transtorno de déficit de atención (TDA) no tiene la capacidad de concentrarse en una sola cosa; la carencia en la selección y el mantenimiento de atención puede acarrear consecuencias a nivel psicológico, según muestran los estudios.
“El TDA es un trastorno del desarrollo que hace disfuncionar al niño en su comportamiento, especialmente en el ámbito escolar”, afirma la psicóloga, Ella López.
Causas
La experta explica que las causas de este problema no se conocen con precisión, sin embargo, los estudios afirman que el aspecto hereditario es el más importante en estos casos.
“Se ha encontrado el mismo patrón en los padres de estos niños, y se han realizado estudios con gemelos, aunque también se discuten factores ambientales, como la gestación, el nacimiento, y desarrollo”, añade López.
Señales de alerta
Para identificar a un pequeño con déficit de atención es necesario estudiar bien de cerca al niño, ya que son detalles que no se aprecian a simple vista.
La atención del niño se dispersa en todo lo que pasa en su entorno. Sucede en todos los ambientes, pero es más alarmante en la escuela, donde debe mantener la atención. Así, se le dificulta terminar sus tareas, las deja a medias y le es difícil realizar un esfuerzo sostenido por un período largo de tiempo. Además le cuesta seguir instrucciones y planificar, por lo que necesita asistencia en sus tareas.
“Un niño que molesta mucho a sus compañeros y siempre trata de perturbar el ambiente en el salón de clases podría ser un candidato a padecer este trastorno”.
Sin embargo no hay que confundir a los niños inquietos con los que sufren déficit de atención. “Los niños inquietos hacen rabietas o tratan de llamar la atención para conseguir un objetivo, a diferencia de los que tienen TDA, que lo hacen sin motivo”.
¿Existe una solución?
El TDA es una condición que se maneja ayudando al niño a asumir su autocontrol y encontrar estrategias para desenvolverse.
“No se habla de cura porque es una forma de funcionamiento diferente en centros cerebrales relacionados con la atención principalmente. Los problemas de hiperactividad disminuyen con la edad, pero los de atención continúan hasta edades mayores”, agrega López.
Sin embargo, los niños con TDA pueden llevar una vida completamente normal.
Recomendaciones
Lo primero que deben hacer los padres de familia es informarse acerca del TDA. Esto es importante para comprender y saber cómo tratar al pequeño que sufre problemas de atención.
Buscar ayuda profesional con un pediatra-neurólogo y el psicólogo, quienes practicarán las evaluaciones. Estos deben estar en estrecha comunicación con padres y maestros. Después de las evaluaciones el médico determinará si se necesita el tratamiento farmacológico.
Se recomienda alejar los estímulos que pueden distraer la atención del pequeño. Quédese al lado de su hijo para que se concentre en sus tareas pero con el tiempo debe aprender a hacerlas solo y sin distraerse. Esto es parte del tratamiento.