16/04/2024
07:25 AM

Los triunfos de una hondureña en Suiza

Ingrid Fromm de Hoennemann es una agrónoma que ha alcanzado la cúspide de sus ideales en el frío país europeo.

    Hace diez años la sampedrana Ingrid Fromm se mudó a Europa en busca de horizontes profesionales. Primero en Alemania y ahora en Suiza. Todo lo que se ha propuesto lo ha logrado gracias a su empeño, inteligencia y las ganas de triunfar en un continente lleno de dificultades.

    Dios ha sido su guía y a través de los años ha venido desarrollando su pasión por la agronomía en la universidad de Berna de Ciencias Aplicadas, donde labora en el departamento de agricultura internacional y con éxito también es catedrática de temáticas como Economía del desarrollo, Políticas e innovación en la agricultura y Metodologías y estadística para la investigación agrícola.

    Orgullosamente abandera el privilegio de ser hondureña exitosa en el exterior y la joven, socia fundadora de la prestigiosa fundación Honduras Global, que aglutina a compatriotas de honor y éxito en el mundo, compartió con Vivir en Rosa de todas sus metas cumplidas con la firme convicción de que en el país hay grandes profesionales.

    Grandes logros

    Durante cuatro años estuvo en Alemania y hace seis, tras casarse con Matthias Hoennemann, se mudó a Biel, Bienne, Suiza, donde se ha destacado como una ingeniera agrónoma de alto perfil, gracias a los conocimientos que adquirió en la Escuela Agrícola Panamericana El Zamorano.

    “Me siento muy afortunada y agradecida con Dios por las oportunidades que he tenido en mi vida profesional y en lo personal me siento dichosa de tener a mi familia, amigos y colegas con quienes tengo una relación muy cordial”, comenta.

    Ella ha logrado obtener un puesto como investigadora en una universidad de renombre en Suiza, y “mi trabajo está enfocado al desarrollo socioeconómico de países pobres. Todo está ligado al campo agrícola en Latinoamérica y África, cosa que me apasiona mucho. Trabajo con profesionales de amplia experiencia y estoy aprendiendo mucho de ellos”.

    El mayor reto que muchos migrantes enfrentan al llegar a un país es el idioma, y cuando Ingrid llegó a Alemania no hablaba ni una sola palabra de alemán. “Recuerdo bien ese momento cuando aterrizaba el avión en Frankfurt y pensé “qué estoy haciendo aquí? Ni siquiera puedo decir agua en alemán”. Tuve que aplicarme mucho para aprender el idioma, me costó mucho trabajo, pero siempre supe que para completar mis estudios, para poder tener mejores oportunidades, y hasta para conocer mejor la cultura alemana, tenía que saber el idioma”.

    Ingrid confiesa que siempre se vive un shock cultural. Habían momentos que deseaba regresar a Honduras, pero sabía que no podía hacerlo sin antes haber alcanzado sus metas. “Darme por vencida nunca fue una opción para mí”. Para lograr todo lo que tiene, le tomó mucho tiempo encontrar trabajo. “Pasé mucho buscando una oportunidad y cuando se me presentó tuve que tomar un puesto por debajo de mi perfil, pues yo ya estaba por terminar mi doctorado. Sin embargo lo tomé, pues quería darme a conocer y que mis jefes se dieran cuenta de mi potencial. En menos de un año me promovieron, así que fue una buena decisión”.

    Orgullo

    Actualmente su trabajo de investigación se enfoca en el café y cacao. Está a cargo de un proyecto de investigación sobre cadenas de cacao en Ghana. La próxima semana viaja a Bélgica a una conferencia donde hablará sobre el potencial del sector del cacao en Honduras.

    Y como una buena agrónoma, Ingrid analiza la agricultura y para ella debe ser vista como negocio y como tal tiene que adaptarse a las necesidades del consumidor. “No podemos esperar que nuestros pequeños productores tengan esta visión o conocimiento del mercado con la poca preparación que tienen. Necesitan de apoyo de varios entes, acceso a crédito que muchas veces es difícil de adquirir, pues las condiciones e intereses muchas veces no son favorables, ni los microcréditos que se les ofrece en algunos casos. Es una situación muy compleja, pero Honduras no es el único país que atraviesa por estos problemas”.

    Su vida en Suiza

    La vida en ese país la resume como linda y tranquila y junto a su esposo y sus hijos Oliver y Liam reside en una ciudad pequeña con belleza natural realmente de revista de turismo. “Estamos a 5 minutos a pie del lago de Biel y nos gusta ir a pasear. También estamos al pie de las montañas de Jura, así que hay senderos para ir caminando y llevamos a los niños o salimos a hacer día de campo”.

    Para ella, el estilo de vida en Suiza es natural. Todas las personas ahí disfrutan al máximo de las montañas y la naturaleza, tanto en verano como en invierno. “Lo que más me llamaba la atención de los suizos es que nada los detiene: si hay sol, salen, si hay lluvia, salen, si hay nieve, salen. Incorporan muy bien la actividad física con la vida cotidiana y disfrutan mucho de las cosas sencillas, como disfrutar de los Alpes y los lagos”, describe.

    Con una década fuera de Honduras, lo que más extraña es el “calorcito” de San Pedro Sula. Ahí no hay salida al mar, así que en invierno, sobre todo, pasa pensando y extrañando las playas hondureñas y principalmente sus padres Antonieta y Roberto Fromm, sus hermanas y todo con lo que creció rodeada.

    Una red por Honduras

    Ingrid Fromm de Hoenneman es socia fundadora de la fundación Honduras Global creada por Sir Salvador Moncada junto a un flamante grupo de hondureños que destacan en el mundo.

    “Fue un gran honor para mí estar en una red con profesionales de gran trayectoria como Sir Salvador Moncada. Obviamente acepté formar parte de Honduras Global y siempre he tenido la mayor disposición de ayudar en lo que pueda”.

    Hace algunas semanas estuvo impartiendo un taller en la capital sobre análisis de redes sociales con enfoque a las Pymes en la Unitec, (Universidad Tecnológica Centroamericana), donde participaron profesionales de las finanzas, pequeños empresarios, estudiantes de maestrías y personas de diferentes organismos.

    Gracias a sus cualidades y capacidad, ha logrado el éxito trazándose metas y trabajando fuerte para alcanzarlas, pero como hondureña “siento que hay mucho por hacer, que he alcanzado algunas metas, pero aún hay más. Estoy agradecida con Dios por las oportunidades que he tenido”.

    Definitivamente su ambición es seguir aportando para el desarrollo socioeconómico de países como Honduras, ya sea desde el campo académico o en la cooperación internacional. “Ruego a Dios que pueda seguir trabajando en esto que me gusta tanto”.

    Mujer integral

    Pero los éxitos profesionales de Ingrid no vienen solos. Su familia tiene un lugar destacado. “No es fácil mantener ese balance, pues mis hijos son mi prioridad pero tengo responsabilidades que cumplir. Por suerte mi esposo es mi gran apoyo, él ayuda mucho con los hijos y la casa. Tenemos tareas compartidas, de lo contrario sería imposible para mí manejarlo todo sola”.

    Su meta como mujer es criar y educar bien a sus hijos y hacer de ellos buenos hombres que tengan mucho que aportar a la sociedad. “Quiero que sean personas íntegras, que tengan gran conciencia social y ambiental, que sean hombres de fe, que siempre ayuden a otros. Es mi gran objetivo”.

    Además, tal y como se ha caracterizado en su vida de estudiante, Ingrid le inculca a sus hijos la esencia de la excelencia. “Es difícil mantenerse constante, no tirar la toalla.

    Le digo a mi hijo mayor que uno tiene que esforzarse, aunque algo sea muy difícil, así como mis clases de física. No era una materia de mi agrado, pero tuve que esforzarme mucho más para poder pasar. Muchas veces son pequeños obstáculos pero uno tiene que perseverar”, afirma.

    Gracias a su gran ímpetu por los estudios, Ingrid habla cuatro idiomas: español, inglés, alemán y francés. “Con el francés he alcanzado un nivel intermedio, pues entiendo y me puedo defender bien hablando, pero aún me falta un poco de fluidez. Tengo que aplicarme más para seguir mejorando, especialmente ahora que mi hijo va a un kinder bilingüe de alemán y francés”.

    Ahora, con una vida por delante y tanto en qué seguir triunfando, Ingrid solo está enfocada en su futuro y sus nuevos retos que al terminar su doctorado ha cultivado poco a poco, y tiene el orgullo de haber sido condecorada con la mención Suma Cum Laude, siendo así la primera mujer hondureña que obtiene este grado de excelencia en la Universidad de Leipzig, en Alemania.