Los deepfakes ya se usan en campañas políticas en Honduras

Videos hiperrealistas generados con IA impulsan la imagen del alcalde capitalino Jorge Aldana y desacreditan a su rival, Juan Diego Zelaya. Expertos alertan de manipulación electoral

Los deepfakes ya se usan en campañas políticas en Honduras

Tegucigalpa, Honduras
Desde inicios de junio circula en redes sociales una campaña de desinformación a través de “deepfakes” que utiliza videos generados con inteligencia artificial (IA) para moldear la opinión pública en Tegucigalpa, capital del país.

Se trata de clips hiperrealistas elaborados con la herramienta Veo 3 (propiedad de Google) que muestran testimonios fabricados de supuestos hondureños, quienes exaltan con entusiasmo la gestión del alcalde capitalino Jorge Aldana, que busca la reelección, o atacan directamente a su principal contendiente, Juan Diego Zelaya, del Partido Nacional.

La campaña opera desde dos cuentas separadas en TikTok e Instagram: El gordito Aldana, que promueve al actual alcalde, y Che Catracho, que desacredita a Zelaya y a otros candidatos de oposición, respectivamente.

En total, LA PRENSA Verifica ha documentado más de 52 videos generados con IA desde el 1 de junio de 2025, todos sin etiquetas que adviertan al espectador que se trata de contenido artificial.

Las desinformaciones alrededor del caso Koriun

Las secuencias destacan el “carisma” de Aldana, lo retratan como un servidor público querido incluso por simpatizantes del Partido Nacional y Liberal, e incluyen frases emotivas como “yo lo amo” o “es el mejor alcalde que hemos tenido”.

Al mismo tiempo, en la otra cuenta, los falsos testimonios califican a Zelaya de corrupto, ridiculizan sus propuestas como el teleférico, y promueven la figura de Rixi Moncada, candidata presidencial de Libertad y Refundación (Libre), el mismo partido de Aldana.

Capturas de pantalla de los videos generados con IA.

Expertos consultados por LA PRENSA Verifica advierten que este tipo de desinformación no es anecdótica, sino parte de una tendencia global: los “deepfakes” se han convertido en armas políticas. Y en un país como Honduras, donde se celebrarán elecciones generales en noviembre, su uso podría escalar rápidamente.

“Lo que estamos viendo es el principio de algo más grande. Los “deepfakes” permiten fabricar consenso, desprestigiar rivales y manipular emociones sin responsabilidad alguna”, alertó Stephany Pineda, docente investigadora de la Universidad José Cecilio del Valle (UJCV).

Patrones en las campañas políticas

Ambas cuentas, el gordito Aldana y Che Catracho, utilizan formatos similares: personas solas frente a cámara, hablando directamente o entre ellos mismos, con escenografías neutras, y subtítulos animados que refuerzan el mensaje.

En algunos videos aparecen logotipos de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), lo que sugiere un intento de dotar a los contenidos de una apariencia institucional.

Pese a ello, ningún video incluye etiquetas que indiquen que ha sido generado por IA, una omisión que viola los principios básicos de transparencia digital.

“Etiquetar el contenido sintético no es opcional: es una medida mínima de transparencia. La gente tiene derecho a saber si lo que está viendo fue creado por una máquina”, explicó Pineda.

Más preocupante aún: LA PRENSA Verifica constató que empleados de la Alcaldía y del Poder Ejecutivo siguen ambas cuentas en Instagram.

Consultada por LA PRENSA Verifica, Silvia Pérez, vocera de la Alcaldía, negó que exista una relación oficial con las cuentas o los videos.

“Quizá alguna persona tomó las cortinas de algún producto publicado para realizar esos videos. Pedimos a la población que se informe a través de nuestras cuentas oficiales”, declaró.

A pesar de esto, no hay evidencia concluyente de que la cuenta esté directamente vinculada a la estrategia política de Jorge Aldana. LA PRENSA Verifica pidió comentarios al equipo de comunicaciones de la campaña política del alcalde, pero no obtuvo respuestas.

Mentiras virales que se vuelven "creíbles" para las personas.

La campaña dual que promueve a Aldana y ataca a Zelaya no solo ejemplifica el uso creciente de tecnologías generativas en la política hondureña, sino que expone la fragilidad del debate democrático frente a la manipulación digital.

En 2024, el 6% de los bulos detectados por LA PRENSA Verifica ya eran generados con inteligencia artificial, una cifra mayor que la reportada en Europa (5%). Si bien el porcentaje puede parecer bajo, representa una señal clara de que los mecanismos de desinformación están evolucionando con mayor rapidez que la capacidad institucional para enfrentarlos.

“A medida que se difunden, la línea entre la verdad y la manipulación digital se hace cada vez más delgada, lo que contribuye a una cultura donde la desinformación y el engaño pueden propagarse fácilmente”, dijo Javier Franco, entendido de la desinformación.

Un estudio realizado en conjunto por las universidades Chicago y Pensilvania encontró que los “deepfakes” pueden convencer a las audiencias de escándalos inexistentes en tasas superiores al 40% a través de titulares falsos o audios manipulados.

En Honduras, no existe un marco legal que regule la desinformación en contextos electorales, ni sobre el uso de contenidos sintéticos en campañas.

LA PRENSA Verifica ha consultado en reiteradas ocasiones al Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre qué medidas adoptará para combatir esta amenaza, pero la respuesta ha sido constante: es un tema pendiente.

Esta falta de regulación, sumada a la facilidad de creación de contenido falso y a la aparente neutralidad de estos videos, convierte a los “deepfakes” en una amenaza silenciosa y difícil de rastrear.

En contextos altamente polarizados como el hondureño, donde las emociones pesan más que los argumentos, una mentira viral puede tener más impacto que una verdad comprobada.

Lo más preocupante no es únicamente que estos contenidos circulen sin control, sino que lo hagan más rápido, más lejos y con más poder de convencimiento que cualquier rectificación posterior.

En el entorno digital actual, la mentira tiene una ventaja estructural: está diseñada para ser viral. Atrae por su carga emocional, por su sencillez narrativa y porque confirma sesgos previos. La verdad, en cambio, necesita contexto, toma tiempo y no siempre resulta cómoda.

Un estudio realizado en conjunto por las universidades Chicago y Pensilvania encontró que los “deepfakes” pueden convencer a las audiencias de escándalos inexistentes en tasas superiores al 40% a través de titulares falsos o audios manipulados.

El caso hondureño no es una excepción, sino parte de una tendencia global. Pero aquí, esa tendencia se agrava por la baja alfabetización mediática, la débil institucionalidad electoral y la ausencia de mecanismos de fiscalización de la propaganda digital, dicen los expertos.

En ese vacío, los “deepfakes” no son solo una amenaza tecnológica: son una vulnerabilidad política que puede distorsionar la voluntad popular.

Permiten fabricar consensos, sembrar dudas, manchar reputaciones y moldear el discurso público desde perfiles anónimos, sin asumir responsabilidad, sin frenos, sin vigilancia, como ya lo ha denunciado LA PRENSA Verifica.

“La circulación de estos videos falsos no solo distorsiona la imagen de las figuras públicas involucradas, sino que también tiene un impacto en la percepción pública”, agregó Franco.

El reto no es solo técnico, es también cultural. Si la ciudadanía no desarrolla herramientas críticas para identificar este tipo de contenidos, será cada vez más fácil manipular la conversación pública.

Y si los medios, las plataformas digitales y las instituciones no actúan con urgencia, el costo será alto: una democracia guiada no por el voto informado, sino por la mentira programada.

En una era donde se puede fabricar cualquier rostro, cualquier voz y cualquier historia con apenas unas líneas de texto y un clic, la verdad ha perdido su ventaja comparativa. Por eso urge reconstruir una cultura del escepticismo informado, donde desconfiar sea un acto de responsabilidad cívica y no de cinismo, advierten los analistas.

Porque si los “deepfakes” ya son parte de las campañas electorales en Honduras, la desinformación dejó de ser un riesgo futuro. Ya está aquí. Y ya está haciendo campaña, alertan.

Te gustó este artículo, compártelo
Mario Sánchez
Mario Sánchez
mario.sanchez@laprensa.hn

Periodista de investigación, visualización de datos, desarrollo web y animación. Licenciado en Comunicaciones y Publicidad. Docente universitario en diseño digital.

Carlos Girón
Carlos Girón
carlos.giron@elheraldo.hn

Editor de LA PRENSA Verifica y El Heraldo Verifica. Primer periodista de Centroamérica y el Caribe especializado en desinformación, verificación digital y fact-checking político. Docente en la UJCV.