La pobreza persiguió con saña, aún después de muertas, a tres de las siete víctimas del accidente vial ocurrido el domingo en Güinope, El Paraíso, al oriente de Honduras.
Para ellos no hubo ataúd, solo la mortaja que con dolor confeccionaron sus parientes para llevarlos a su última morada.
En una humilde casa, los cuatro ataúdes y los tres amortajados eran velados esta tarde en la sala-comedor, ante la presencia de familiares, amigos y vecinos condolidos por la tragedia que tuvo al alcohol como ingrediente mortal.
Se trata de uno de los peores accidentes viales registrados en Honduras en 2011.
La Cuesta El Reniego, en la carretera que conduce de la aldea Ocotales hacia Los Quebrachos, en el municipio de San Lucas, departamento de El Paraíso, fue el escenario fatal donde cuatro personas más resultaron heridas cuando el vehículo pick-up donde se conducía once personas cayó a un abismo de 50 metros.
Los fallecidos son Denis Danilo Alvarenga (34 años), Julio Alvarenga López, Mario Alvarenga López (18), Tiburcio Alvarenga López, Camilo Izaguirre Alvarenga (65) y Ernesto Noé Alvarenga.
A finales de enero, seis hondureños que viajaban en un pick-up abarrotado de feligreses fallecieron en el impacto con un camión.
En febrero pasado, cuatro personas fallecieron cuando un autobús de la ruta interurbana que se dirigía a San Juan de Flores se precipitó a una hondonada, a 15 kilómetros de Tegucigalpa.
Ese mismo mes, dos personas perdieron la vida en el choque de un turismo y un pick-up, en la salida al norte de la capital hondureña.