El sol no había asomado aún cuando la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) intervino el centro de menores infractores Renaciendo.
Era un contingente de 200 elementos de la Policía Nacional, Cobras, Tigres, Policía Militar, Fuerzas Armadas, Ministerio Público y representantes de derechos humanos.
Decomisaron dos armas de fuego, una granada y dos candelas en la correccional que alberga a 152 menores infractores, de los cuales 125 se aliaron para asesinar a 27 miembros de la banda los Chirizos. Las autoridades, apoyadas por el Escuadrón Canino, recorrieron cada rincón sin encontrar droga o las armas de grueso calibre en poder de los pandilleros de la 18.
Los menores que promovían las reyertas fueron trasladados al Centro Cobras, adonde están 50 de sus compañeros.
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Fuentes ligadas a la operación revelaron que al momento en que llegaron, los menores lejos de dormir, “unos estaban sentados en el muro y otros andaban caminando en el techo”. Al observar el contingente de seguridad, los menores abrieron el portón y permitieron el acceso sin poner resistencia.
A los menores se les ordenó salir de las instalaciones y al quedar el pabellón solo, los uniformados ingresaron en busca de las armas de fuego que tienen en su poder.
Por la tarde el operativo no había dado más resultados.
El 24 de agosto de 2015, pandilleros fueron trasladados del módulo adonde estaban y donde ocultaron las armas de fuego que recuperaron este jueves durante la reyerta que dejó dos muertos y ocho heridos.
Los uniformados recorrieron cada rincón en busca de fusiles de asalto, pero no encontraron ninguno.
Sí hallaron una granada de fragmentación 423, de fabricación belga y la cual fue detonada por el equipo antibombas de las Fuerzas Armadas.
Una pistola que tenía borrada la serie, una pistola calibre 9 mm con serie 214749, modelo PTK, 57 proyectiles y dos cargadores para las armas decomisadas. En la requisa también se decomisaron pedazos de tubos que eran utilizados como armas, equipos de sonido, televisores y hasta computadoras.
Según la ley, ningún interno puede tener acceso a esta tecnología, lo que evidencia la negligencia del personal del centro para menores.
Una vez que las autoridades tomaron el control del lugar procedieron a elaborar ficha delictiva o un expediente de cada uno de los integrantes de la pandilla 18. Es la primera vez que se hace este tipo de medidas.
Al finalizar el procedimiento con los pandilleros, procedieron con la banda de los Chirizos y después con el resto de la población juvenil recluida en el lugar, quienes luego fueron llevados a sus módulos, los cuales permanecerán vigilados por personal del centro. Diez integrantes de la pandilla 18 y señalados de ser los propulsores de las reyertas registradas en los últimos días fueron trasladados a los Cobras.
La acongojada madre no pudo ver a su hijo.
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“Le traía un aliento de la palabra de Dios”
Con la intención de ver a su hijo privado de libertad en el centro para menores llegó desde Danlí, El Paraíso, Dora Martínez.
La madre lamentó que no pudo ingresar para ver a su vástago porque “ no se sabe lo que le ha pasado”.
“Me tengo que regresar, vine a verlo, pero si no se puede, no se puede”. La humilde mujer dijo que desde hace un mes no ve a su hijo, ya que es de escasos recursos y tiene a otros hijos estudiando, entre ellos a uno que se gradúa este año. “Si hay para los hijos no hay para le pasaje”. Dijo que el pasaje hasta Danlí cuesta 87 lempiras, los cuales gastó sin poder ver a su hijo.
Doña Dora manifestó que al ver a su hijo pretendía darle palabra de ánimos, “palabra de aliento, de vida, le traía la palabra de Dios, porque mi hijo es cristiano ahora”, asegur