Un joven albañil se enfrentó cara a cara con la muerte al sufrir un accidente de trabajo en el que una varilla de hierro le atravesó su hombro derecho.
“La mano de Dios desvió esa varilla y gracias a Él estoy vivo”, fueron las primeras palabras que expresó Víctor Martínez (25), luego de ser puesto a salvo.
Ayer a las 6:00 am, el joven llegó a la colonia Loarque a realizar sus labores de albañilería.
Minutos después de llegar a su lugar de trabajo, Martínez se tomó un tiempo para cambiar su vestimenta por ropa de trabajo e iniciar la jornada que le permitiría ganar unos lempiras para llevar el alimento a su pequeño hijo y su esposa.
A las 8:00 am, por accidente una varilla de hierro de cinco octavos cayó sobre su cuerpo.
“Me encontraba en la parte de abajo del edificio, estaba resanando y se vino la varilla desde el quinto piso y me atravesó el hombro”, relató Martínez. El joven dijo que la varilla iba en dirección de su cabeza pero afortunadamente colocó sobre ella un casco protector que lo libró de una muerte segura.
“Yo estaba parado, la varilla me cayó primero en el casco, el casco me la desvió y se me ensartó, la varilla venía derechito a quedar ensartada aquí en el mero cráneo”, relató el joven trabajador.“Si no hubiera sido por el casco yo estuviera muerto porque me la desvió, era una varilla de hierro de cinco octavos, nueve metros tenía esa varilla, cuando me atravesó yo sentí un gran trabón, un dolor muy fuerte, pensé que me había muerto en ese momento”, expresó el afortunado.
Rápidamente, Martínez fue auxiliado por sus compañeros y por policías que tuvieron que cortar la varilla para poder trasladarlo al hospital.
Al llegar al centro asistencial el diagnóstico era reservado. La varilla había ingresado por la zona supraclavicular derecha, atravesó el hemitórax y salió por la parte baja de la axila aproximadamente por décimo arco costal en la línea axilar media.
Según los médicos, con ese recorrido, la varilla pudo haber lesionado o perforado parte de su pulmón derecho o más grave aún, su corazón; sin embargo, su órgano estaba en perfectas condiciones.
La explicación era muy evidente: fue un milagro de Dios.
“Yo le doy gracias a Dios porque si no hubiera sido por Él, hubiera fallecido; los médicos me dijeron que si la herida hubiera sido un poco más en el centro me hubiera herido en el mero corazón”, explicó.
Previo a la operación, Martínez fue sometido a exámenes de radiografía y tomografía para visualizar el daño ocasionado por la varilla, pero afortunadamente sus órganos estaban en perfectas condiciones.
La operación duró aproximadamente una hora en la que se logró sacar la varilla del cuerpo del joven sin ocasionar ningún otro daño. Afortunadamente el joven fue trasladado ayer mismo a la sala de hospitalización del centro asistencial para su recuperación. Según los médicos, Martínez tendrá que mantener inmóvil su hombro durante un mes para luego iniciar una terapia y recuperar las funciones normales de su brazo.