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Policía sin pistas en el crimen de empresario

  • 16 mayo 2013 /

Alejandro Pacheco Antúnez (27), fue sepultado en el cementerio Jardines del Recuerdo en medio de dolor e impotencia de sus amigos y familiares.

Las autoridades policiales no tienen pistas de los criminales que acabaron con la vida del joven empresario Alejandro Pacheco Antúnez (27).

Ayer los restos mortales del licenciado en administración industrial, apasionado y coleccionista de los autos a escala, fueron sepultados en el cementerio Jardines del Recuerdo de esta ciudad.

Mientras familiares y amigos le rendían honras fúnebres, las autoridades policiales se limitaban a decir que no podían dar a conocer los avances en las investigaciones, debido a las órdenes recibidas de los altos mandos de la Secretaría de Seguridad.

“Seguiremos investigando y analizando todas las pistas que nos lleven a los responsables del crimen”, dijo un agente que por temor a represalias no reveló su nombre. El empresario fue atacado a tiros, el lunes por la tarde, cuando intentó defender a un amigo que estaba siendo asaltado enfrente de su negocio en el barrio Guamilito de esta ciudad.

Pacheco Antúnez recibió un balazo en la espalda que le dañó los órganos vitales y fue trasladado a una clínica privada donde expiró la madrugada del martes.

Último adiós

“No quiero regresar a la casa sin él, me va hacer mucha falta, yo lo amaba demasiado”, fueron las palabras que repetía entre el llanto la mujer con quien hace unos dos años, el joven empresario había contraído matrimonio.

Una misa de cuerpo presente se realizó a las 9:00 am en la iglesia San Vicente de Paul, luego sus restos fueron llevados al camposanto Jardines del Recuerdo, donde familiares y amigos dieron el último adiós.

Antes de proceder al entierro los presentes recordaron algunas de las experiencias que vivieron en compañía de Pacheco Antúnez. El dolor y la consternación era notable, unos no terminaban de creer la trágica noticia de su muerte.

La suegra del empresario mencionó que se había ido una parte de la familia, que era como otro hijo para ella. Entre las súplicas a Dios y las palabras de aliento de los allegados a la familia recordaron la pasión del joven por los autos clásicos. Pacheco Antúnez era propietario de un automóvil inglés, marca MG de 1960, que le heredó su padre.

Además mencionaron lo responsable que era con sus cosas, lo que lo llevó a crecer en sus inversiones, aunque era el menor de la familia. María de Pacheco, madre del empresario, expresó entre lágrimas, “el 8 de octubre del 85 cuando nació Alejandro recuerdo que se lo entregue a Dios, le dije aquí está nuestro muchachito, igual ahora se lo regreso”. Afirmó que Dios se lo prestó durante 27 años y que por eso trataba de resignarse a su muerte.

Pedro Pacheco, su hermano mayor, mencionó que el sábado fue el último día que estuvieron con él.

“Ale, como le decíamos por cariño, compartió tanto, pero tanto con nosotros este sábado como nunca lo había hecho, él ya se estaba despidiendo de nosotros”, recordó.

“Sabemos que ya estarás con nuestro padre, algún día vamos a estar de nuevo con ustedes”, se despidió.