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Pánico en Hospital Escuela por miedo a ataque armado

  • 04 agosto 2013 /

Militares y policías acordonaron el centro asistencial por supuesta presencia de pandilleros.

    Policías y militares acordonaron ayer el Hospital Escuela por la supuesta presencia de miembros de maras en los alrededores del centro asistencial.

    Las autoridades le advirtieron a la población no acercarse al principal centro asistencial del país, ya que se reportó la presencia de dos camionetas negras y grises, que supuestamente eran conducidas por miembros de la mara 18.

    En la sala de emergencias del hospital eran atendidos miembros de la mara 18 que resultaron heridos ayer en una pelea en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, en el valle de Támara, en las afueras de la capital.

    Ante la alerta generada por la denuncia de que miembros de esa pandilla se encontraban merodeando el Hospital Escuela, la Policía desplazó un fuerte dispositivo de seguridad acordonando el área.

    La medida se tomó por el temor de que los pandilleros intentaran rescatar a los mareros heridos que eran atendidos en el hospital.

    El ataque armado en la cárcel de Támara dejó tres personas muertas y seis heridas, entre las que se incluyen tres custodios del recinto carcelario.

    Personas que se encontraban cerca de la Penitenciaría relataron que ayer temprano se escuchó un nutrido tiroteó dentro de la cárcel que duró entre 15 y 20 minutos.

    La revuelta se originó en el módulo donde se encuentran alojados los miembros de la mara 18, quienes se enfrentaron al grupo conocido como los paisas.

    Honduras cuenta con 24 centros penales con capacidad para cerca de 8,300 personas, pero la población penitenciaria supera los 12,600 privados de libertad.

    La mala distribución en las cárceles hondureñas indica que hay ocho centros penitenciarios cuya capacidad no ha sido sobrepasada por el número de privados de libertad; sin embargo, existen 16 cárceles con una sobrepoblación que en conjunto supera los 5,400 internos.

    El titular del Conadeh, Ramón Custodio, condenó el hecho violento ocurrido en Támara.

    Lamentó que la corrupción del sistema, principalmente cuando los encargados de vigilar a los privados de libertad permiten la entrada de armas de fuego, drogas y licor y la cárcel se vuelve un régimen de corrupción institucionalizada.

    435 reos asesinados en 30 meses del gobierno de Lobo

    Al menos 435 privados de libertad perdieron la vida en circunstancias violentas en Honduras en los últimos 30 meses del gobierno de Porfirio Lobo, reveló ayer el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).

    El informe del organismo estatal establece que entre 2011 y 2012, se registró la muerte de 419 reclusos, de los que, 360 murieron quemados en la granja penal de Comayagua.

    En los últimos años, al menos cuatro cárceles del país han sido escenario de matanzas y tragedias.

    Solo en 2011 murieron violentamente alrededor de 30 privados de libertad, de los que 19 fallecieron en el Centro Penal de San Pedro Sula y ocho en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto.

    Al menos 18 internos perdieron la vida, víctimas de las armas de fuego, seis con arma blanca, tres por ahorcamiento, uno por asfixia por estrangulamiento, uno por sobredosis de medicamento y uno que se desconocía las causas de su muerte.

    Durante ese año, algunos de los privados de libertad fueron decapitados, con el machete incrustado en el cuerpo, con señales de tortura; otros murieron cuando intentaban fugarse y en enfrentamiento entre compañeros.

    De los privados de libertad que perdieron la vida, algunos tenían sentencia por robo, violencia intrafamiliar, asesinato, portación ilegal de armas, robo de vehículos, secuestro, tentativa de secuestro, parricidio, tráfico de drogas, homicidio y asociación ilícita.

    La matanza más numerosa ocurrió el 14 de octubre en el Centro Penal de San Pedro Sula en un enfrentamiento entre privados de libertad que dejó nueve muertos y tres heridos.

    En 2012, los centros de privados de libertad fueron el escenario de hechos que dejaron alrededor de 389 muertos (cuatro de ellos fuera de los centros penales) y al menos 50 heridos.

    Durante este período hubo incendios, motines, fugas, intentos de fuga, atentados contra autoridades penitenciarias, enfrentamiento entre privados de libertad, introducción de armas de fuego, granadas, drogas, licores, celulares.