Dos jóvenes fueron atacados a balazos desde una cantina. La Policía trata de identificar al autor material del doble crimen que se registró la noche del viernes en la capitalina colonia Kennedy.
El mecánico Nahúm Alejandro Motoya Moncada, de 23 años, expiró al instante de varios balazos en la cabeza; mientras que el estudiante de secundaria José Alexander García Escobar, de 19, murió en la sala de urgencias del Hospital Escuela.
El dictamen preliminar del perito forense de turno establece que ambos murieron por laceración cerebral y trauma encefalocraneal abierto producido por arma de fuego.
La Dirección Nacional de Investigación Criminal, DNIC, hizo una serie de pesquisas en la escena del crimen con el fin de establecer los motivos del sangriento suceso e identificar al responsable.
Disparos salieron de cantina
Testigos les relataron a los agentes de la DNIC que a las once de la noche los jóvenes transitaban por la segunda entrada a la colonia Kennedy, supuestamente en dirección a sus viviendas.
Cuando pasaban frente al expendio de aguardiente Second Cool, un malhechor se asomó por una ventana de la segunda planta y les disparó a los jóvenes varias veces con un arma de fuego calibre desconocido.
Montoya Moncada cayó mortalmente herido sobre el pavimento, por lo que García Escobar corrió para auxiliarlo en un intento de salvarle la vida, pero él corrió la misma suerte porque el criminal también lo atacó a tiros, según relató un doliente.
Socorristas de la Cruz Roja se desplazaron en una ambulancia y trasladaron a García Escobar al principal centro hospitalario capitalino adonde murió pocos minutos más tarde a causa de heridas en el cráneo.
El reconocimiento del cadáver se practicó a la 1:05 de la madrugada, según consta en el informe de la DNIC.
Un doliente reveló que García Escobar estudiaba el último año de bachillerato en el instituto Jesús Milla Selva de la Kennedy y que era padre de dos hijos.
Los restos mortales de los infortunados fueron retirados por familiares de la morgue de Medicina Forense.
Los análisis de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y del Observatorio de la Violencia dejan establecido que Honduras es uno de los países más violentos de Centroamérica.
La ciudadanía percibe el problema de la violencia y la criminalidad como uno de los más importantes del país, tras la pobreza y el desempleo.
Las muertes violentas y, en especial, los homicidios se han incrementado en los últimos años.El aumento ha sido de manera proporcional al número de policías, igual que al presupuesto de la Secretaría de Seguridad.