La felicidad retornó al hogar del cafetalero Joaquín Saavedra al ser liberado por sus captores, quienes lo tuvieron cautivo 18 días.
Saavedra fue dejado abandonado por los secuestradores cerca de las once de la noche del domingo en Gualala, Santa Bárbara.
El agricultor fue secuestrado el 29 de mayo en La Entrada, Copán, cuando se conducía en su vehículo, en compañía de su esposa, a su beneficio de café.
Saavedra atendió ayer en su vivienda a los medios de comunicación y relató que los secuestradores lo sacaron vendado del lugar donde lo tenían cautivo y lo abandonaron en la mencionada carretera en Santa Bárbara.
Le dieron 200 lempiras
Dijo que sus captores le entregaron 200 lempiras para que se fuera para su casa.
'Estaba desorientado, no sabía dónde estaba, caminé un buen tiempo y pedí auxilio en una casa, donde pregunté por la vivienda de Víctor Sabillón, el diputado de Santa Bárbara. Allí me prestaron el teléfono y me comuniqué con mi familia. Estaba desesperado por regresar a mi casa', manifestó el cafetalero.
Afirmó que no esperó que lo fueran a traer y en la madrugada abordó un bus que lo dejó en La Ceibita hasta donde fue a traerlo su familia en un vehículo.
A las 6.30 de la mañana llegó a su vivienda, donde toda su familia lo esperaba feliz.
La alegría invadía la vivienda. Sus hermanos llegaron a abrazarlo y sus lágrimas eran la mejor muestra del jolgorio que los invadía.
Sus nietos, hermanos, hijos, sobrinos, su esposa y su madre estaban agradecidos con Dios por su regreso.
Agradecimiento
'Estamos contentos y agradecidos con la sociedad. Con ustedes los medios de comunicación y con todos los que durante estos días nos acompañaron con sus oraciones. Gracias, no tenemos cómo pagarles', manifestó una de sus hijas.
Saavedra llegó a su hogar con la misma ropa que andaba cuando fue secuestrado; lucía tranquilo y un poco más delgado por lo que vivió, pero su rostro reflejaba la felicidad de haber regresado a su casa.
Datos
Comía frijoles y arroz
Los plagiarios le daban de comer, arroz frijoles, tortillas y lo tuvieron vendado y a veces lo dejaban solo.
Grababan mensajes
El cafetalero dijo que los plagiarios le grababan mensajes para transmitírselos a su familia como prueba de vida.