Las acciones preventivas de la Policía Nacional han permitido reducir las muertes violentas en esta ciudad en los primeros tres meses del año, en comparación con el mismo período de 2012.
Estadísticas del Observatorio Local de la Violencia del Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (Curla) revelan que de enero a marzo de 2012 ocurrieron 101 muertes violentas y en 2013 la cifra descendió a 70 homicidios.
“Encontramos una diferencia de 31 asesinatos menos que el año anterior”, explicó María del Carmen Aguilar, comisionada del Observatorio Local de la Violencia en La Ceiba.
Los registros oficiales son solo de los primeros tres meses del año en curso, pero la comisionada asegura que durante abril, mayo y junio la tendencia ha sido a la baja.
Las cifras del Observatorio Local de la Violencia son convalidadas con la Policía Nacional.
“Para nosotros es esperanzador que en la ciudad estén bajando las cifras de muertes”, expresó Aguilar.
Crimen organizado
Según informes oficiales, la mayoría de crímenes en La Ceiba tienen el sello del crimen organizado.
“Este y el año pasado, la mayoría de muertes fueron ordenadas por el crimen organizado. En otras aún se ignoran sus causas o están en proceso de investigación”, aseguró la comisionada.
Si continúa esta tendencia a la baja en la violencia, autoridades y empresarios ceibeños esperan limpiar la cara de la ciudad, que en los últimos años se ha mantenido entre las más violentas del país y ha superado la tasa nacional de 86.5 muertes por cada 100 mil habitantes al llegar a 150 homicidios por cada 100 mil habitantes.
“La Ceiba ha presentado un índice a la baja en la criminalidad, especialmente en los delitos contra la vida.
En este caso estamos identificando que han bajado sustancialmente estos índices”, apuntó Adonay Padilla, coordinador del Ministerio Público en el litoral atlántico.
“Las autoridades hemos estado preocupadas por los delitos, los problemas institucionales generados y la falta de apoyo. Recientemente, toda la Dirección Nacional de Investigación Criminal fue suspendida y eso ocasiona prejuicios a la ciudadanía y desmotivación en los operadores de justicia en la investigación”, agregó Padilla.
Juan José Arita, representante en La Ceiba del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), dijo que es “esperanzadora” la reducción de las muertes violentas. “Lo que no vemos es un esfuerzo en la deducción de responsabilidad de quienes han cometido estos delitos”, cuestionó Arita.
Según datos del Conadeh, en Honduras, una persona es asesinada cada 80 minutos, pero en esta espiral de violencia las mujeres están llenando estas cifras tenebrosas.
“Es algo muy preocupante. Solo en Atlántida estamos monitoreando la muerte de seis mujeres en lo que va de este año”, explicó del defensor de los derechos humanos.
Cierre de negocios
A pesar de la baja en las muertes violentas, todos los sectores siguen percibiendo que hay inseguridad.
Todo este panorama le ha dejado graves consecuencias a una ciudad que de ser llamada la Novia de Honduras pasó a ser una de las más sangrientas del país.
Este clima de violencia desatado desde 2009 alejó de la ciudad a nuevos inversionistas, el turismo empezó a decaer y los visitantes sacaron de su agenda a esta ciudad como un destino.
Las principales incidencias de esta situación son el cierre de negocios y la consecuente pérdida de empleo, que ha dejado a la ciudad muy deteriorada por carecer de oportunidades de que lleguen nuevas inversiones.
“Ya no se puede vivir. Solo en lo que va de este año, unos 25 negocios han cerrado en el centro de la ciudad y cuando hablamos con los propietarios nos dicen que han cerrado por la inseguridad, especialmente por las extorsiones”, aseveró Reinaldo Escobar, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Atlántida (CCIA).
También unas 150 a 200 microempresas de algunos barrios y colonias han tenido que cancelar operaciones por los constantes asaltos, robos y extorsiones.
Además de cierre de negocios, la inseguridad ha dejado pérdida de vidas y temor en los empresarios, “nos han matado gerentes y los encargados de distribución de mercadería. Es sumamente preocupante. Tener que recurrir a escoltas hasta para dejar producto en una pulpería incrementa los costos operativos”, dijo Escobar.
“Hay preocupación, pero también reacción de las autoridades en cuanto a los delitos de extorsión. El equipo asignado a la lucha contra este delito se ha destacado en esta ciudad, con lo que se espera disminuir los casos y llevar ante la justicia a los delincuentes”, expresó el coordinador de fiscales en La Ceiba.
La captura de algunas bandas criminales que han estado operando en la zona ha sido determinante para reducir los índices criminales.
“Ha sido muy importante el trabajo de la Policía Preventiva en conjunto con la DNIC, que han hecho una labor sumamente importante para que bajen los índices de criminalidad, en coordinación con el Ministerio Público, tratando de que las operaciones policiales tengan éxito en los tribunales de justicia”, apuntó Padilla.
Impacto en el turismo
La imagen de La Ceiba como una de las ciudades más violentas del país la ha afectado a escala nacional e internacional porque el flujo de turistas ha decaído considerablemente.
“Desde hace tres años, en los que la violencia ha tenido un repunte en el país y en esta ciudad, el turismo bajó. La Ceiba era antes un destino muy popular de vida nocturna, pero desgraciadamente ahora da miedo salir y eso hace que la ciudad pierda su atractivo debido a los negocios cerrados en la zona viva”, explicó John Dupuis, presidente de la Cámara de Turismo de La Ceiba.
Que los propios ceibeños ya no visiten sectores muy populares les transmite una sensación de inseguridad a los turistas, “hasta ahora no hemos tenido ningún incidente directo contra turistas, ninguno ha sufrido un atentado en esta ciudad”, aseguró Dupuis.