Tres equipos de investigación trabajan intensamente en el caso de los dos agentes de Tránsito Óscar Francisco Garay López, 23, y Marlon Francisco López Vásquez, 32, quienes fueron asesinados el pasado miércoles mientras realizaban operativos de rutina por el bulevar del Norte.
El viceministro de Seguridad, Armando Calidonio, manifestó que “estamos evaluando las hipótesis, para determinar por qué sucedió la muerte de los dos policías”.
Agregó que “ya tenemos identificadas a las personas que dispararon, de acuerdo a los testigos presenciales del hecho y contamos con los retratos hablados. éste es un caso de alta prioridad para nuestra Policía”.
El hecho delictivo se produjo a las 2.20 de la tarde del miércoles en la intersección del segundo anillo de Circunvalación y el bulevar del Norte de esta ciudad. Los extintos agentes hacían a esa hora un operativo en ese bulevar, porque a esa hora el tráfico vehicular es inmenso en ese tramo.
Les roban las armas
Según testigos oculares, los policías se percataron de una pequeña colisión entre dos autos grises, uno de los cuales remolcaba al otro, justo en el carril derecho rumbo a Puerto Cortés.
Las investigaciones de la sección de Homicidios indican que los agentes se acercaron a esos vehículos grises y de pronto cuatro sujetos que iban en un auto turismo rojo los acribillaron e inmediatamente huyeron del lugar y abandonaron el automotor en la colonia Las Anonas. Tras dejarlo, encañonaron a un taxista, lo bajaron y escaparon en este medio de transporte.
El viceministro de Seguridad indicó que la escena del crimen presenta una característica particular: “una confianza de los policías al momento de acercarse a los ciudadanos que les dieron muerte.
Si ellos hubiesen tenido las precauciones no lo hubiesen abordado así. Los agentes fueron ultimados entre dos vehículos”.
Según el funcionario, uno de los vehículos tiene una modificación en la serie y los técnicos están verificando; mientras que los otros dos no tienen reporte de robo; también levantaron las huellas dactilares existentes y analizan el historial de los posibles dueños.
“Estamos muy preocupados por las muertes de policías. Ya no queremos seguir enterrando más agentes que mueren en cumplimiento del deber”, resaltó.
Añadió que “seguiremos dando prioridad en casos donde caiga un fiscal o un juez. La ciudadanía debe saber que pese a estos golpes seguiremos siempre adelante”.
Lo único confirmado, según los agentes de investigación criminal, es que los hechores tras matar a los agentes se regresaron a recoger las armas de reglamento que portaban Garay y López.
Agentes de Homicidios de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, DNIC, revelaron que hay “una declaración de un testigo que observó cuando los delincuentes despojaron al taxista de la unidad, y que cuatro individuos se transportaban en el vehículo rojo, bajaron y encañonaron al señor del taxi que inmediatamente se bajó junto al pasajero que llevaba. Por lo que descartamos, la hipótesis de un posible secuestro a una joven, como se dijo el día del hecho”.
Investigación avanzada
David Aguilar, jefe de la DNIC en esta ciudad, indicó que “la investigación va muy avanzada y confiamos capturar en las próximas horas a los responsables”.
Marlene Banegas, coordinadora de la Fiscalía en San Pedro Sula, reveló que “el miércoles por la noche se tomó declaraciones testificales a personas claves mediante prueba anticipada y dieron datos para dar con los responsables. A medida avancen las investigaciones descubriremos el móvil exacto”.
“Mataron a mi papá”
Los cadáveres de los agentes de Tránsito fueron llevados desde la noche del miércoles a sus lugares de origen, donde fueron velados.
Óscar Francisco Garay fue velado en Tegucigalpa, donde sus compañeros y el ministro de Seguridad, óscar álvarez, llegaron a ofrecer sus muestras de condolencias.
“Mataron a mi papá”, fue la expresión de un niño de tres años ante el ministro de Seguridad Óscar Álvarez, en el velatorio de su padre, el agente Garay López.
El ministro aseguró a la familia que “tres equipos trabajan las 24 horas en esclarecer este caso y que pronto capturarán a los responsables. Este crimen de compañeros policías no quedará impune”.
El ministro también entregó el acuerdo de duelo y una ayuda económica a la viuda. Los padres del agente lloraron inconsolables por su inesperado deceso.
“Mami no quiero irme”
Mientras que en San Pedro de Tutule, La Paz, velaban a Marlon Francisco López, hasta ese sector se trasladó el director noroccidental de Tránsito, Fredis Lagos, quien acompañó a los familiares en el velatorio en la casa.
“Cuídese madre, yo la adoro mucho”, fueron las últimas palabras que el policía Marlon López le dijo a su progenitora y que ella repetía con la mirada perdida en la caja de madera café que contiene los restos de su hijo.
El fin de semana fue de felicidad para doña Prudencia Vásquez, su hijo estaba franco y llegó a San Pedro de Tutule a visitarla.
El sábado salieron a pasear a Marcala, pero el policía recibió una llamada de su hija Dayana de dos años, “papi no tengo pepito” esa frase bastó para que Marlon saliera desde Tutule, La Paz, para Santa Bárbara donde le aguardaba su esposa e hija.
Antes de irse le repitió a su madre “mami no quiero irme, pero tengo que llevarle la leche a mi niña” .
Marlon salió contento de su casa con la seguridad que volvería, pero el destino le jugó una mala pasada cuando patrullaba junto a su compañero óscar Garay y fueron ultimados en un confuso hecho que cegó la vida de los agentes.
La noticia trascendía y en una casa del barrio Santa Marta en Tutule, doña Prudencia escuchaba una emisora donde decían en las noticias que dos policías de tránsito habían fallecido.
“¡Dios mío, mi hijo!” dijo una madre que presentía que algo malo había ocurrido.
Con el rostro bañado en lágrimas la madre recuerda que escuchó tres veces la información, pero no confirmaban los nombres, hasta que a eso de las cinco de la tarde la policía del lugar llegó a su vivienda para darles la infausta noticia; su adorado hijo Marlon había muerto.
“Yo lo presentía, mi corazón de madre no se equivocó”, dijo la fémina que es madre de 10 hijos y era el policía quien se encargaba de mantenerla y ayudarle en los gastos de su casa. “
Mi hijo, mi muchachito, Dios ¿por qué me lo llevaste?” repetía la madre.
Hasta San Pedro de Tutule llegó una mujer con una niña de dos años en brazos, son la esposa y la hija del policía que viajaron desde Santa Bárbara.
Todavía no se explican lo que ven, la niña está ajena a todo, pero la mujer sólo pide a Dios que sea una pesadilla, la que se transforma en realidad al ver al amor de su vida encerrado en una caja y que su hija no tendrá ya nunca al padre que ese sábado le llevó su pepito.
Roberto Miselem no es el dueño del auto rojo
La Policía confirmó que el señor Roberto Antonio Miselem Suazo no es el dueño del vehículo turismo rojo, vidrios oscuros, que está involucrado en el hecho.
Según Miselem, el auto lo vendió hace dos años y los nuevos dueños no realizaron el cambio de registro en las oficinas de la Dirección Ejecutiva de Ingresos, DEI.
Sin embargo, quienes lo vendieron nuevamente tampoco realizaron este trámite, por lo cual el automóvil aún aparece a su nombre.