En tribunales de Tegucigalpa fue condenado a reclusión un hombre por el delito de extorsión, después de confesar las operaciones que desencadenó a través de redes sociales.
En procedimiento abreviado, Darlan Omar Mendoza Ramírez aceptó su implicación en la red criminal que cometía el ilícito a través de la creación de perfiles falsos en redes sociales. La pena que pagará en prisión es de siete años y seis meses.
Al ubicar a las víctimas, los extorsionaba acompañado de otros sujetos en zonas de la capital Tegucigalpa. Extraían datos e información crucial sobre las víctimas y procedían a amenazarlas.
El informe del Ministerio Público describe que el sindicado conocía el núcleo familiar de las víctimas a través de la información recopilada en redes sociales, así como la rutina y movimientos comerciales de sus objetivos.
Autoridades hondureñas alertan a la población para evitar dar a conocer información relacionada a la vida privada, así como detalles de actividades comerciales o incluso de recreación, con el objetivo de evitar amenazas de extorsionadores u otros criminales. La ola de criminalidad en Honduras ha llegado al punto en que las estructuras dedicadas a esos delitos busquen otros mecanismos para acercarse a las potenciales víctimas.
MÁS CONDENAS POR EXTORSIÓN EN TEGUCIGALPA
Por otro lado, 10 años de prisión se le impusieron a Marlon Raúl Valle Padilla asociado a la Mara Salvatrucha MS-13, quien aceptó su participación en el delito de extorsión tras someterse a una audiencia de estricta conformidad, siendo capturado en la aldea Mata de Plátano en Francisco Morazán y se dedicaban a extorsionar a comerciantes, transportistas, entre otros en el corredor que se dirige al departamento de Olancho.
Mientras tanto, mediante la figura de procedimiento abreviado se condenó por el delito de extorsión agravada a Yasser Karin López Elvir, cuyo vínculo es con la Pandilla 18 y que purgará una pena de 11 años tres meses de prisión, investigaciones indican que el sentenciado junto a otra persona eran los responsables de amenazar e intimidar a transportistas, vendedores ambulantes y conductores de carros repartidores.