“Hay pruebas de las cámaras de vigilancia donde se comprueba que nunca estuvieron en ese lugar”

La obsesión de Gilbert Santiago Reyes por el amor de Dioni Beatriz Solórzano lo habría llevado a cometer un crimen contra ella y que sumó la muerte de las amigas Nikendra McCoy y María Antonia Cruz.

La trágica muerte de las tres amigas, que desaparecieron el domingo 7 de enero, ha conmocionado a todo Honduras y en especial a los pobladores de Roatán en Islas de la Bahía donde se perpetró el macabro crimen.

Ayer los cuerpos en estado de descomposición fueron llevados a San Pedro Sula para la autopsia de ley. Al momento del levantamiento en el interior del carro donde fueron hallados en una zona de Roatán, no eran visibles las heridas de arma de fuego ni de arma blanca.

Pero anoche al finalizar las autopsias se estableció que les quitaron la vida de un balazo en la cabeza. Se presume que las mataron en otro lugar y dejaron los cuerpos en el vehículo.

Los agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI) y del Ministerio Público buscan la punta de la madeja para descifrar el triple asesinato y ya levantaron pesquisas, entre estas, testimonios, vaciados telefónicos, videos de cámaras de seguridad, huellas dactilares para judicializar el caso. Todo punta al principal sospechoso, Gilbert Reyes (de 35 años) de nacionalidad estadounidense y expareja de Dioni Solórzano, quien el lunes 8 de enero abandonó intempestivamente el país.

Los asesinatos de Dioni Solórzano (de 25), Nikendra McCoy (de 27) y María Antonia Cruz (de 26) se habría comenzado a fraguar el domingo 7 de enero cuando Gilbert Reyes llamó a su expareja Dioni Solórzano.

Ambos estaban separados hace un año tras cuatro años de relación. Ella aceptó salir con él a departir en la isla, pero con la condición que fueran sus dos queridas amigas. Gilbert pasó por las tres en su carro Toyota turismo con placa HBH 9545 y los cuatro salieron rumbo a la zona turística de Roatán. Fueron vistos en Coxen Hole bailando en una discoteca, según un video de las cámaras de vigilancia del local. Esa fue la última vez que las tres amigas fueron vistas con vida.

Al pasar la noche y ver que ya se tardaban, los familiares de las tres mujeres comenzaron a llamarlas a sus teléfonos celulares, pero ya sonaban apagados.

Solo un mensaje salió del teléfono de Dioni para su madre que insistentemente preguntaba por ella y le dijo que estaban comiendo en un local y que ya iban a llegar. Ahora los familiares atan cabos y creen que para ese tiempo ya estaban muertas y que el mensaje lo envió Gilbert Reyes para calmar a los parientes.

“Hay pruebas de las cámaras de vigilancia donde se comprueba que nunca estuvieron en ese lugar donde dijeron que estaban según el mensaje (enviado al celular)”, dijo Terrell Alan, primo de Dioni Solórzano.

Al ver que ninguna de las tres muchachas llegó a dormir a sus respectivas casas, las alarmas se encendieron la mañana del lunes 8 y comenzó una intensa búsqueda por toda la isla. La angustia privó más en los familiares cuando constataron en el aeropuerto de Roatán que Gilbert Reyes había abandonado el país en un vuelo a Miami, Estados Unidos, y luego a San Francisco, California, donde reside.

Tras cumplirse 24 horas de no saber nada de las tres amigas, los cuerpos policiales se sumaron a la búsqueda que habían iniciado los parientes y amigos de las mujeres.

Dos días continuos inspeccionado cada rincón de la isla de Roatán y del municipio de Santos Guardiola terminaron como a las 7:30 pm del martes cuando alertaron de la presencia del vehículo en el que salieron a pasear las cuatro personas. Fue dejado estacionado en una propiedad de apartamentos en la zona de French Key.

Cuando la Policía llegó confirmó la presencia de tres cuerpos en el interior del carro. La escena fue resguardada por los policías toda la noche a la espera de un equipo forense que llegaría de Tegucigalpa, aumentando la angustia y el malestar de los familiares, ya que no los dejaron ingresar para constatar si eran sus seres queridos. Fue hasta las 9:30 am de ayer miércoles que se hizo el levantamiento de los cuerpos, confirmando que eran las tres desaparecidas.

Los cadáveres de Nikendra McCoy y María Antonia Cruz estaban juntos en el asiento trasero, mientras que el de Dioni Solórzano en el asiento delantero del pasajero. Los cuerpos fueron llevados a San Pedro Sula para la autopsia y luego serán entregados a los familiares.

Gilbert Santiago Reyes nacido en Estados Unidos, pero de origen latino, tiene un pasado marcado por la violencia. Autoridades hondureñas constataron que en 2008 fue detenido en Estados Unidos por el delito de asesinato, aunque no se precisaron mayores detalles.

Terrell Alas, primo de Dioni, recuerda que Gilbert Reyes siempre caminaba armado y es violento, incluso tuvo una incidencia con una persona. “Nosotros estábamos indignados, él vino a rematarlo, lo golpeó y lo baleó y la autoridad no hizo nada”. Agregó que Gilbert Reyes “era celoso y violento con su prima y hace un año se separaron”.

Alegres, joviales y muy fiesteras, así son recordadas las amigas Dioni Solórzano, Nikendra McCoy y María Antonia Cruz. Dioni Solórzano llegó a Roatán el pasado 26 de diciembre procedente de Estados Unidos donde laboraba por temporadas con una visa de trabajo. Residía en casa de sus padres en la zona de Pandy Town tras separarse de Gilbert.

Ella dejó dos hijos, uno que ya tiene de 3 años, que procreó con Gilbert Reyes y otro de 8 años producto de una relación anterior.

Hace cuatro años se conocieron y formaron un hogar en Roatán, aunque él reside en Estados Unidos, frecuentemente llegaba a la isla a la vivienda que compartía. En un inicio se veían bien enamorados, tal como lo manifestaban en videos de las redes sociales. Hace un año la joven lo dejó, pero la familia dice que él siempre la buscaba y ella se negaba a regresar con él.

Nikendra McCoy era una guía turística que laboraba en Roatán y deja un hijo. Mientras que Cruz era una madre soltera, ama de casa y deja tres hijos menores. Las tres eran grandes amigas desde hace varios años y cuando Dioni llegaba a la isla salían a departir juntas.