Sus familiares lo vieron por última vez en medio de las tormentas tropicales Eta y Iota que azotaron a Honduras en noviembre. Nueve meses después, su cuerpo fue entregado a familiares.
Las inundaciones provocadas por la tormenta Eta dejaron decenas de desaparecidos. Fue el caso de Martín Reyes Gómez (de 73 años), quien desapareció en Pimienta, Cortés, en la primera creciente del río Ulúa.
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El cinco de noviembre de 2020, mientras Reyes estaba afuera de su casa, una fuerte corriente arrasó con su vivienda y terminó con su vida.
Fue hasta el 17 de ese mes que encontraron el cuerpo; sin embargo, sus familiares no pudieron reclamar el cuerpo porque lo levantaron como desconocido, pues no portaba documentación.
Sus familiares dijeron que él era un hombre trabajador que pese a su edad se levantaba temprano a hacer la labor de campesino, pues sembraba plátanos y aguacates en el sector.
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Agregaron que se tuvo que realizar una prueba de ADN para identificarlo.
Sus parientes reclamaron en las últimas horas el cuerpo de Reyes en la morgue de San Pedro Sula para darle sepultura.