06/12/2025
04:01 AM

Culpables por asesinato de motorista de rastra

Lucio Erazo Leiva y Sergio Hernández Rivera mataron a Júnior Edgardo García Ardón el 4 de octubre de 2012 en el bulevar del sur en San Pedro Sula

San Pedro Sula. La declaración de un testigo protegido fue contundente para que los juzgadores de la sala quinta del Tribunal de Sentencia declararan culpables a Lucio Benjamín Erazo Leiva y Sergio Aníbal Hernández Rivera por el asesinato de Júnior Edgardo García Ardón, conductor de una rastra.

García Ardón fue asesinado el 4 de octubre de 2012 en el bulevar del sur de San Pedro Sula cuando se conducía en una rastra a Santa Bárbara. El ahora occiso fue interceptado por Erazo Leiva y Hernández Rivera a inmediaciones del puente a desnivel en la intersección con la 33 calle y le dispararon.

Los asesinos viajaban en un pick-up Mazda marrón, con número de placa PCR-5022, conducido por Hernández Rivera. Leiva iba sentado al lado del conductor, fue quien sacó la pistola y disparó contra el motorista.

García Ardón, quien resultó herido, se bajó del pesado vehículo en busca de auxilio, cruzó el bulevar y cayó sobre la grama de la mediana donde fue rematado por sus asesinos. “Los hechos han quedado demostrados con las pruebas evacuadas durante el juicio y consideramos que han sido suficientes. Los testigos que se presentaron fueron contundentes en sus declaraciones, así como la del testigo protegido con clave CT-12, quien declaró en tiempo, lugar y circunstancia cómo ocurrieron los hechos”, se leyó en el fallo. Seguidamente fueron declarados culpables. La pena que podrían purgar los imputados oscila entre los 20 y 30 años de prisión.

Según las investigaciones, el crimen de García Ardón se originó por el intento de extorsión que los asesinos realizaron a Ramón Antonio Gutiérrez Sierra, propietario de la Empresa Ragusi, dedicada al traslado de combustible, para la cual trabajaba la víctima.

Los criminales exigían que las cisternas, al llegar al plantel Venecia en Tela, debían entregar 40 latas de combustible. El afectado se negó y lo amenazaron con matarle un conductor por día hasta que la empresa desapareciera.